Altar callejero
A CAMELIA
Heredaste lo que nadie quiere, lo que todos
rehúyen con un sencillo No, gracias, aún no es
mi tiempo. Nadie te pidió permiso: dictaron tu
suerte a fuerza de abandono, a ausencia de besos.
Has heredado una calle en Málaga, de nombre
Viento, y un altar callejero, pródigo en velas,
flores, juguetes huérfanos, fotos y lamentos.
Ahora heredas la luz, la verdadera, no la de este
escenario; heredas, en el infinito, un pesebre tan
grande como el tiempo que te arrebataron.
Agria herencia para tan tierna sonrisa.
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