Blog personal de Alejandro Castroguer

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jueves, 17 de noviembre de 2011

Una vuelta de tuerca al género



Título: Sherlock Holmes y los zombis de Camford
Autor: Alberto López Aroca
Año: 2011
Páginas: 280 páginas
Editorial: Dolmen
Encuadernación: Tapa blanda


Contraportada obtenida de la página de Dolmen: http://www.dolmeneditorial.com/sherlock-holmes-y-los-zombis-de-camford-2/

Es octubre de 1903. Sherlock Holmes está a punto de retirarse, Watson ha contraído matrimonio por enésima vez, y el detective de Baker Street cuenta ahora con la ayuda de un antiguo ex presidiario, Otis Mercer, para realizar las labores cotidianas del oficio.
Cuando Bernard Baker, masón y también detective privado, solicita la ayuda del Maestro para localizar al comprador de un extraño “elixir rejuvenecedor”, Sherlock Holmes decide viajar a la ciudad universitaria de Camford, donde se topará con una abominable, mefítica y aterradora amenaza, así como con una serie de enigmas que desafiarán a la mente deductiva del Gran Detective.

Alberto López Aroca

Para que os hagáis una idea del humor de López Aroca aquí os dejo el título completo: Sherlock Holmes y los Zombis de Camford, que es un extracto de las memorias de Otis Mercer, ex presidiario, donde se da noticia del último caso del señor Sherlock Holmes de Baker Street, primer detective consultor del mundo, antes de su retiro a una casita cerca de Fulworth, en los Sussex Downs.

¿Qué decir de una obra como esta sin desvelar nada sustancial? Bueno, que puede gustar tanto a los fans acérrimos de Sherlock Holmes como a los de los zombis... pero también podría llegar a enfadar a ambos, no por falta de coherencia ni por otras consideraciones importantes, sino por la libertad extrema con que el novelista fusiona ambos géneros.
Sí, están Sherlock Holmes y John Watson, de acuerdo, y los zombis marca de la casa (léase Dolmen), también; pero no son los únicos alicientes de esta obra. Hay muchos más. Destacar que, a diferencia de las obras del Canon, escritas en su mayoría por Watson, estas memorias están redactadas por Otis Mercer.

La novela gana en intensidad poco a poco, capítulo a capítulo, primero lentamente como todo clásico que se precie, y luego a toda pastilla en un final increíble. Leyéndola he sentido la pasión de hace años cuando te enfrentabas a un Asimov, un Tolkien o un Verne con la ingenuidad de la adolescencia, cuando estabas dispuesto a dejarte sorprender a las primeras de cambio.
Esto me ha pasado con la novela de Alberto, que no dejaba de sorprenderme cuando creía que ya lo había leído todo y que no se podía ir más allá. Si fuese un helado o un bombón, os diría que por fuera parece de chocolate, por ejemplo, pero que en cuanto le hincas el diente encuentras no solo un sabor, sino lo menos diez más: vainilla, frambuesa, turrón, moka, ...

Sinceramente se la recomiendo a aquellos lectores que quieran pasar un buen rato, a quienes estén dispuestos a sonreír ante tanto "friquismo" desatado. Escrita con una solvencia digna de un estudioso del Canon Holmesiano como es López Aroca, hará las delicias de ls paladares más atrevidos. Destacar el humor fino y muy versado del Glosario final.

Si eres un zombi que sólo buscas la carne cruda y abominas de otros gustos, mejor lo dejas para cuando abras la mente.


Ahora os dejo con unas preguntas que Alberto ha tenido la deferencia de contestar.

-Pregunta: ¿Podrías contarnos cómo fue que se te ocurrió meter en la misma coctelera a Sherlock Holmes y a los zombis, o morphis?
-Respuesta: Pues en realidad no fue cosa mía, sino de Jorge Iván Argiz, el responsable de la Línea Z de Dolmen. Nos conocimos hace dos años en la Semana Negra, me propuso que escribiera un Holmes Z ("con toda la libertad del mundo"), y como puedes comprobar, no sé si me lo tomé demasiado en serio... El modo de encajar al Gran Detective con los muertos andantes, bien, pues ya fue cosa de darle vueltas...

-¿Por qué situar la acción en Camford?
-Porque Camford es una referencia netamente canónica, de Doyle-Watson, en "El hombre que reptaba". Me encanta utilizar lugares que no existen en nuestro plano de realidad, porque no hay que preocuparse por las críticas del tipo "esa calle no estaba ahí en esa fecha" o "eso te lo has inventado, ¿no? Porque yo no lo he visto". Y buen, el relato "El hombre que reptaba" siempre me había parecido un poco extraño, y pensé que daría mucho juego, pues es una de las dos historias canónicas que utiliza auténticos elementos de ciencia-ficción. (Aunque me temo que yo he llegado más lejos que Doyle en mis especulaciones...)

-En la novela hay tantas referencias que sería imposible relacionarlas. ¿Cuántas has contabilizado?
-Pues no lo sé... Pero no creo que sea imposible, ni mucho menos. Además, el índice onomástico (aunque sesgado por los motivos que puedes adivinar), sirve de guía para cualquiera que desee rastrear a esos simpáticos monstruitos británicos. ¿Alguien sabe lo que es un "palpoide"?

-¿Eres consciente de que la obra será más próxima a los fans de Holmes y demás caballeros que aparecen, que a lo de los zombis?
-No sé qué decirte. Ya ha pasado casi un año desde que salió a la calle, y las únicas críticas negativas que he leído con respecto a este libro han venido del "circuito sherlockiano", por llamarlo de algún modo. Yo qué sé, Alejandro. No puedes aspirar a gustarle a todo el mundo, ¿no?


Un saludo desde la Casa Deshabitada.

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