Blog personal de Alejandro Castroguer

En este blog podrás estar al tanto de las noticias que generen las novelas "GLENN" (Premio Jaén de Novela 2015), "LA GUERRA DE LA DOBLE MUERTE", "EL ÚLTIMO REFUGIO", "EL MANANTIAL" y "HOLMES Y EL CASO DE LOS OCHO ESTÓMAGOS", y las antologías "Vintage'62: Marilyn y otros monstruos" y "Vintage'63: J.F.K. y otros monstruos" entre otras. Además, es lugar de encuentro para amantes del cine, la literatura, la buena música y las aventuras del Rey Mono.

sábado, 31 de agosto de 2013

World War Z


Ahora que está triunfando en las salas de medio mundo la versión cinematográfica de World War Z (Guerra Mundial Z), protagonizada por Brad Pitt, creo que es el momento de hablar de la novela homónina y de la saga de La Guerra de la Doble Muerte, juntas, en un mismo post... en un acto de valentía/osadía. Y es que quizás tenga menos que ver la obra escrita por Max Brooks en 2006 con el blockbuster dirigido por Marc Foster, que con mis dos novelas. 

Ahora es el turno de explicarme. Quien haya leído la obra original de Max Brooks ya sabía de antemano que iba a ser casi imposible trasladar fielmente su espíritu a la gran pantalla. Por la cantidad de localizaciones y personajes, por la estructura misma de la novela, organizada en torno a las entrevistas que, supuestamente, realiza Max Brooks a los supervivientes de esa Guerra Mundial Z. Intento baldío que ni siquiera ha llegado a intento, porque Foster solo versiona tangencialmente la obra que le sirve de inspiración. Aunque la novela de Max Brooks no es exactamente una obra de género Z (es más geopolítica que otra cosa, pues ese es su fuerte: mostrar la reacción de los gobiernos y de la gente frente a la epidemia propagada por el virus Solanum), los lectores han querido señalarla como la Biblia Z.


Pues bien, en 2008 la editorial Almuzara fue la encargada de traducir esta obra al español (su filial Berenice ya había publicado Zombi. Guía de  Supervivencia). Durante años ha sido líder de ventas en Almuzara, así que imaginaros ahora que la película de Brad Pitt está en los cines. Durante años Almuzara buscó entre los distintos autores españoles una novela que pudiese resistir la comparación con la obra de marras, deseosa de apostar por el género patrio. No fue hasta 2010 en que decidió publicar La Guerra de la Doble Muerte. El honor para este Habitante Incierto fue grande, el mayor posible: publicar en la editorial que editaba en español la mejor novela de zombis. Honor y responsabilidad.

Quienes leyeran la primera entrega de las desventuras de Judith y Jonás sabrán que la novela quedaba en un terrible cliffhanger, que se acababa en el instante decisivo de la guerra. Así que era necesario que escribiese la segunda novela, después del compás de espera abierto con El Manantial, que en 2012 publicase Dolmen, y que nada tiene que ver con el universo de la Doble Muerte. La nueva obra se llama, como muchos sabéis, EL ÚLTIMO REFUGIO

He de advertir desde ya que es posible leer esta segunda y última (repito, última) novela de la Doble Muerte de manera independiente, sin necesidad de leer la primera. Ahora, os estaréis preguntado, ¿Guerra Mundial Z guarda mayor parentesco con mi nueva obra que con la versión cinematográfica? En parte sí. El misterio es muy sencillo de resolver: desde estas líneas anuncio que Max Brooks aparece en El último refugio. El misterio de este crossovers lo dejaré para los lectores (que por cierto no será el único). Como con esta novela me retiro definitivamente del género Z, he querido homenajearlo con dos colaboraciones, dos crossovers de dos escritores genuinamente Z. Uno ya lo sabéis, Max Brooks; para saber el otro tendréis que esperar algo más.



Pero este no es el único guiño a la novela de Brooks. Al igual que en ella, me he permitido el lujo de entrevistar a tres personajes de El último refugio (no daré los nombres para no revelar nada sustantivo) varios años después de la finalización del drama descrito en sus páginas. Serán ellos, a través de sus respuestas, quienes nos cuenten una pequeña parte de la historia. Tres entrevistas para homenajear a aquellas que hiciera el estadounidense a cuenta de su obra. Sólo funcionan estos homenajes cuando se hacen desde el corazón. Espero que los lectores, cuando llegue el momento, sepan apreciarlo. 

Desvelado el parentesco que guardan Guerra Mundial Z y El último refugio, sólo me resta desear que tengáis un buen sábado.

domingo, 25 de agosto de 2013

Cuatro maneras de decir Adiós

Documental para mahlerianos confesos. Una lección magistral de Leonard Bernstein, donde nos habla de su concepción de la Novena Sinfonía de Mahler.


domingo, 18 de agosto de 2013

Recomendación del mes de agosto: Los herederos de Julio Verne

de Gabriel Bermúdez Castillo


Título: Los herederos de Julio Verne

Autor: Gabriel Bermúdez Castillo
Año: 2012
Páginas: 520 páginas
Editorial: La Biblioteca del Laberinto
Encuadernación: Tapa blanda


Texto de Contraportada (extracto): Dice el autor: «Un día, a mediados de abril del año 2012, apareció en mi mente el título de la misma. ¡Los herederos de Jules Verne! Ahí estaba, como colgado en el espacio, solo por completo, sin una sola palabra, idea o imagen que lo completase. Recuerdo que pensé que era un título bonito, sugerente, y desde luego, que me gustaría ponerle una novela detrás. Ya no pude pensar más que en ello a partir de ese momento. Afortunadamente, comenzaron a unirse ideas a ese hermoso pero solitario título. La primera fue que Jules Verne había dejado en poder de un notario de Amiens una serie de documentos que, con ciertas condiciones, debían entregarse a determinadas personas, a las que calificaba como «sus herederos», aun no siendo de su propia sangre.


Vaya por delante la admiración que se le ha de profesar a quien ha sido uno de los padres de la ciencia ficción española y al hecho de que esta novela (su penúltima, pues ya hay otra escrita) fuese redactada en el breve plazo de dos meses y medio: desde el 23 de junio hasta el 6 de septiembre de 2012, tal y como se recoge en el interior de la publicación. También hay que subrayar el hecho de que la edición (mayo de 2013) haya cuidado los detalles, sobre todo en cuanto a las ilustraciones se refiere. Hay varias a lo largo del libro que, muy oportunamente, refuerzan en la mente del lector lo que se cuenta en esos instantes en el capítulo de marras. Así podemos ver una contraporta alla Svástica, a Miguel Strogoff ciego y el sable cogido al revés, a la Luna que se acerca a la tierra o los planos de la Isla Lincoln. Eso sin nombrar las diversas que hay de los platos que, con motivos novelescos vernianos, hiciera en 1978 Michael de l'Ormeraie.


Ilustración del plato dedicado a La Isla Misteriosa


Coronada con un artículo de Paco Arellano (editor de la colección) titulado Vernianos, Steampunk... tout avant la lettre y con un extenso y prolijo Epílogo que no podía ser prólogo donde Bermudéz Castillo nos muestra toda su erudición sobre Verne y todo cuanto le rodea, la novela que nos reúne aquí se puede definir en pocas palabras: un sincero homenaje al autor de Viaje al centro de la Tierra y a todas sus obras. Varios de los escenarios y episodios que aparecen en Los herederos de Julio Verne son tomados prestados de la obra del francés. No desvelaré nada al respecto para así eludir los spoliers, salvo añadir que la Isla Lincoln (la famosa La isla misteriosa) tiene su importancia, como tampoco es de extrañar conociendo al autor de esta novela (siempre ha señalado la aventura de Cyrus Smith como una de sus favoritas). También tiene especial relieve el homenaje que rinde a Los desterrados de la Tierra de André Laurie. 

Sigamos con parte del texto de la contraportada: En esos documentos (los papeles que Verne había dejado a un notario de Amiens), trataba de proyectar en el futuro su solitaria existencia, esperando que esas personas le comprendieran mejor que lo habían hecho muchos de los amigos o familiares que le rodearon en vida. Se unió a ello un gran interrogante que siempre se me había plantado: ¿de donde sacaba tiempo Jules Verne para las múltiples actividades que realizaba, y para el enormemente complejo sistema de escribir y corregir pruebas que utilizaba? Y también, ¿cómo era posible que se documentase tan profundamente sobre lugares y sucesos? Incluso hoy, con internet a nuestra disposición, a veces es difícil documentarse sobre determinados temas». Gabriel Bermúdez Castillo, a este respecto, pone en manos del célebre autor (y posteriormente en las de sus herederos) una máquina del tiempo. Es así (esa es la fábula que propone esta obra), mediante el empleo de este artefacto de sabor steampunk, cómo Verne fue capaz de escribir al ritmo que lo hacía y, además, manejar la cantidad de datos que manejaba en sus novelas.


Homenaje a Los desterrados de la Tierra, de André Laurie


Haciendo gala del personal estilo de sus autor (donde el erotismo inherente a Marlene destaca en varias escenas con Ismael Quirós), la novela no deja un instante de respiro a los herederos y, por ende, a los lectores. Aquellos viajan de un lado a otro del tiempo y del espacio en busca de las distintas pistas que aquí y allá ha ido dejando Jules Verne en vida para asegurarse que sus herederos merecen la herencia que les aguarda al final del viaje. Es una obra donde se respira el gusto por la aventura, los acertijos, las pistas falsas y el amor a la obra verniana, por encima de todo. Sin desvelar nada sustantivo, he de decir que a medida que nos aproximamos al final, la inventiva de Bermúdez Castillo nos sorprenderá capítulo a capítulo. Y es que a sus setenta y muchos años, el autor de El señor de la Rueda sigue venturosamente en activo. Albricias. 

En definitiva, una novela degustable por todos los lectores, pero especialmente recomendable para quienes amen la obra verniana y seguidores del steampunk. Un viaje al placer de la lectura. Luego no digáis que no os lo advirtió el Habitante Incierto de esta Casa Deshabitada.

jueves, 15 de agosto de 2013

En busca de inspiración

Mientras apuro la corrección de El último refugio (que aparecerá este otoño con Almuzara), ya he empezado a pensar en la nueva novela. En los últimos meses he venido barajando varias posibilidades: desde una novela negra con trasfondo cinematográfico hasta una histórica, una de terror victoriano o una fusión de varios géneros. Y creo que me he decidido por esta última variante. 




Para que os hagáis una idea de lo que ando tramando, diré que estoy repasando La isla del tesoro (R.L.Stevenson), Benito Cereno (H.Melville), Las ciudades invisibles (I.Calvino), El Chancellor (J.Verne), Los viajes de Gulliver (J.Swift) y varios cuentos de W.H.Hodgson, y además me aprestaré a leer El buque fantasma y Propiedad de rey (F.Marriat). Pero también tendrá algo de Las mil y una noches, y de las novelas de Álvaro Cunquerio, y si se tercia, de alguna obra más que anda perdida en los estantes de mi biblioteca. Todo esto como inspiración litetaria.



En el aspecto musical, me obsesionan varias músicas, tanto que muy posiblemente aparecerán en la nueva novela. Son, a saber, el Cuarteto de cuerdas op.55, nº 2 (de sobrenombre La cuchilla), las Variaciones sobre La Follia que compusiera A.Corelli  y la Fantasía en Do menor K.475 de Mozart. Calidad como inspiración para este nuevo protecto.

Y hasta aquí lo que puedo contar. Por ahora me reservaré el deciros el título de la novela (quienes lo conocen dicen que es evocador y sonoro). Si me he atrevido a dar un breve apunte de este proyecto es porque lo tengo tan claro en la cabeza, que no creo que se eche a perder por atreverme a daros este adelanto. Los que estáis atento a la Casa Deshabitada os merecéis esto y mucho más. 


sábado, 10 de agosto de 2013

Bendito Escritor, que estás en la Luna

Ha llegado el momento de abrir de nuevo la Casa Deshabitada después de unas breves vacaciones. Vamos a empezar fuerte, apretando el acelerador. Lejos de lo que algunos han podido pensar al leer el título, no voy a cargar contra ningún colega de profesión, ni tampoco a ensalzarlo alla bukake. 

Este Habitante Incierto viene a hablaros de la experiencia (viaje iniciático) que es leer hoy, en el siglo XXI, a H.G.Wells. Sí, porque aún está por descubrir parte de su producción. Más allá de sus más conocidos clásicos (léase La máquina del tiempo, La isla del doctor Moreau, El hombre invisible y La guerra de los mundos), tenemos esa pequeña maravilla titulada Los primeros hombres en la luna, escrita después de las cuatro novelas que le concederían la inmortalidad. 



Redactada en 1901, Los primeros hombres en la luna... (extraído de la Wikipedia) "relata el viaje a la Luna por parte de los dos protagonistas principales: el empobrecido empresario Mr.Bedford, y el brillante pero excéntrico científico Dr.Cavor, el creador de una sustancia anti-gravitatoria (obtenida a base de Helio y metales fundidos) a la que bautiza como cavorita. Con ella recubren una rudimentaria nave espacial que, de este modo, asciende sin peso en dirección a la Luna; al llegar descubren que está habitada por una civilización extraterrestre, que habita las cavernas del subsuelo, que deciden llamar selenitas."

Os dejo los fragmentos en que Mr.Bedford y el Dr.Cavor ven por primera vez reses lunares y, después, a un selenita, que, a lo que parece, pastorea esos animales.


Lo primero que me llamó la atención fue el enorme tamaño de aquel monstruo. El diámetro de su cuerpo sería de unos veinticinco metros y su longitud de unos sesenta. Sus flancos se elevaban y caían bajo el impulso de su fatigosa respiración. Observé que su gigantesco cuerpo se hallaba pegado al suelo y que su piel era de un color blanco que se hacía más oscuro en el lomo. No pudimos verle las patas. (...) vimos ya el perfil de aquella cabeza estrecha y plana, con su cuelo hinchado por grandes pliegues de grasa, su hocio omnívoro y baboso, las ventanas de la nariz palpitantes y los ojos cerrados.

Por contraste con las reses, el selenita parecía un ser insignificante, una simple hormiga de un metro y medio de altura. Sus ropas estaban confeccionadas con un material parecido al cuero, y le cubrían completamente impidieno que ninguna parte de su cuerpo quedase expuesto a la luz. (...) La forma de la cabeza quedaba oculta por un enorme yelmo provisto de imnumerables puntas (...). Un par de gafas de cristal oscuro daban un apariencia de pájaro al artefacto metálico que le cubría la cabeza. Sus brazos no se proyectaban más allá de su cuerpo, y andaba sobre unas piernas muy cortas...




Hoy en día no es una novela fácil de conseguir. Tendréis que intentarlo a través de internet o en librerías de viejo. La edición que tengo en casa es la que, en 1971, publicó Plaza y Janés en su serie Rotativa. Desde entonces (al menos que yo tengo noticias de ello) no se ha vuelto a editar en España. Casi un delito con la de miles de libros que deberían conocer el fuego purificador de Fahrenheit 451. 

Luego no digáis que no os lo advirtió el Habitante Incierto.