Blog personal de Alejandro Castroguer

En este blog podrás estar al tanto de las noticias que generen las novelas "GLENN" (Premio Jaén de Novela 2015), "LA GUERRA DE LA DOBLE MUERTE", "EL ÚLTIMO REFUGIO", "EL MANANTIAL" y "HOLMES Y EL CASO DE LOS OCHO ESTÓMAGOS", y las antologías "Vintage'62: Marilyn y otros monstruos" y "Vintage'63: J.F.K. y otros monstruos" entre otras. Además, es lugar de encuentro para amantes del cine, la literatura, la buena música y las aventuras del Rey Mono.

martes, 25 de diciembre de 2012

El caso de la pizarra embrujada, de Ángel Idígoras


Título: El caso de la pizarra embrujada
Autor: Ángel Idígoras
Ilustraciones: Pachi
Páginas: 74
Año: 2012
Editorial: GrupoEditorial33

Sinopsis: La vida del detective Slvestre Paniagua cambia bruscamente un día que pasea por el parque. Allí se entera de que cuatro amigos están atemorizados por un misterio que planea por su colegio. 
Entusiasmado por el encargo de investigar lo sucedido y con la inestimable ayuda de los casos resueltos por su héroe, el detective Toby Smith, sorteará un montón de dificultades y trampas, hasta llegar a la solución del caso de la pizarra embrujada.

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La obra se compone de 14 capítulos breves en los que la agilidad de la narración guía a los lectores (pequeños o no tanto) por los más graciosos y simpáticos vericuetos. Tal como se anuncia en la portada, el caso aparece interrumpido hasta 5 ocasiones por otras tantas aventuras de Toby Smith, ese detective al que admira Silvestra Paniagua y que tanto se parece a Clark Gable. Aventuras de una sola página, sirven de inspiración a Paniagua para resolver alguna duda mínima, y nos arrancan por añadidura una sonrisa. Sería injusto no destacar la labor de Pachi, hermano del autor, en la ilustración del libro, pues hará las delicias de los lectores más jovenes y de los que ya lo son menos. 

Homenaje a los libros de Conan Doyle
 
A Paniagua le acompaña la rana Saturnina que hace las veces de doctor Watson si a aquel se le pudiese comparar con Sherlock Holmes. Aunque a diferencia del célebre doctor, que muchas veces extraía conclusiones erróneas de los casos en que intervenía junto a su amigo, Saturnina en no pocas ocasiones encauza la investigación en el momento exacto en que Paniagua parece algo perdido. 

El resto de personajes, Melchor el quiosquero, Calixto y su equipo de Los Indestructibles, la señorita Berta o Bonifacio el conserje, componen un universo en el que la sonrisa está asegurada. No en vano se nota la mano del dúo Idígoras y Pachi, su humor elegante y sencillo, pero demoledor. El habitante incierto de esta Casa Deshabitada ha descubierto el mismo tono guasón que Enrique Jardiel Poncela, aunque solo sea por telepatía artística o porque ambos autores gustan del mismo tipo de humor, lo que no es poco.

Escrita con evidente soltura por Ángel Idígoras -hay incluso algunas comparaciones de fuste-, es un regalo perfecto para que le leas a tu hijo pequeño antes de irse a dormir, o para que se aventuren ellos solos si tienen más de ocho años. 


El autor

Ahora os dejo con el propio autor, Ángel Idígoras, que ha tenido a bien responder las preguntas que le he hecho llegar. Vamos allá.

-¿Cómo surgió la idea de Paniagua y el Caso de la pizarra embrujada?
-Como tantas otras historias, las de Paniagua surgen de un hecho real, en este caso doméstico. Ocurrió que andaba yo cuidando a mis tres hijos cuando uno de ellos llegó a casa algo nervioso porque en las paredes que están junto a los ascensores, algún vecinito había hecho una pintadas. En una ponía "Cristina y Javier son tontos", y en la otra "Sergio e Ignacio son tontos". Así que, para entretener a los niños esa tarde, nos haríamos detectives e intentaríamos descubrir al "culpable". Lo primero que les sorprendió es que, nada más ver las pintadas, supiera la altura del autor. "Todo el mundo, cuando escribe de pie, lo hace a la altura de los ojos", les dije poniendo cara de Sherlock Holmes y causándoles una gran sorpresa. Vivo en un recinto cerrado lleno de niños, así que pudimos descartar a los que sobrepasaban esa altura y a los que no llegaban a ella. Luego se nos ocurrió comprar una libreta y, con la excusa de reunir autógrafos para el recuerdo, pedir que escribiran algo. Al final logramos descubrir al autor de las pintadas, que resultó ser el tal Sergio -mi sobrino, por cierto-, que habiendo escrito contra Javier y Cristina, se asustó y se autoinsultó para confundir a los investigadores del caso.
Fue así como surgió la idea de Paniagua, detective sin trabajo que, para entrenarse hasta que llegue su gran caso que le dé fama, se entrena resolviendo pequeños misterios infantiles.

-¿Para qué lectores está escrita, para niños de todas las edades, incluídos los más de treinta años?
-Jodorowsky dice que las edades no se sustituyen, sino que se superponen, es decir, no se deja de ser niño para ser adolescente, ni se deja de ser adolesente para ser adulto, etc. Un anciano sería a la vez, bebé, niño, adolescente, adulto y anciano. Creo que los libros infantiles pueden ser disfrutados por todos, igual que las películas de dibujos o la magia infantil, sólo hay que llamar al niño que aún se sigue siendo ya adulto y que suele estar agazapado entre la montaña de problemas que tenemos a diario. Por el otro extremo, creo que a partir de los siete u ocho años es una buena edad para conocer a Paniagua, aunque me gustaría que los más pequeños lo leyeran con sus padres, creo que es bueno, con todos los libros, que los niños vayan un poquito por encima de su nivel, eso les ayudará a comprender mejor algunas cosas de la vida.

-Guardando el debido secreto en estos temas, ¿tienes nuevos proyectos para Paniagua?
-Estoy esperando a ver qué respuesta tiene este primer libro de Paniagua, y deseando que vaya bien, porque si es ese el caso, estoy deseando empezar su seguda aventura, que irá sobre fantasmas. Tengo pensado un libro con pequeños casos de dos páginas cada uno, para que el lector juegue a descubrir la solución.


Resumiendo: Una magnífica iniciación para pequeños lectores y futuros sibaritas del universo de Sherlock Holmes. Regalo ideal de Reyes.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Lo mejor y lo peor del 2012

Es obvio que este Lo mejor y lo peor de 2012 está circunscrito al ámbito literario, que para nada hablaré de temas personales. Porque no creo que le interese a nadie, la verdad. Seguramente habrá quien diga que exagero las filias y también las fobias, pero es lo que hay a día de hoy. Al menos esta es mi impresión cuando está a punto de acabar el 2012.

Lo mejor (nada tiene que ver el orden con preferencias o no; excluyo a la familia porque ellos son también lo mejor):
 -Conocer en Avilés a todo un clásico de la ciencia ficción española de la talla de Gabriel Bermúdez Castillo, y que resulte ser un tipo tan sencillo como encantador.

-Esa cena en cierto italiano de Barcelona en que conocí a Fernando J.López del Oso; habíamos hablado tantas veces por teléfono que ya era hora de abrazarnos y departir sin medida.

La última novela de F.J.López del Oso

-Poder conversar cara a cara con un gran amigo y mejor escritor, Javier Cosnava. Con él comparto cierta manera de entender la literatura, que hace que me sienta muy a gusto en su compañía. 

Con J.Cosnava y V.Blázquez.

-Todas y cada una de las veces que he coincidido con Ángel Vela. Es mi hermano sevillano, uno de los titos postizos de Nora. Auténtico Totoro literario.

-La recién nacida amistad con Alberto López Aroca, amigo holmesiano, con quien me debo una copa y una buena charla.

-Que Dolmen, de la mano de Jorge Iván Argiz, confiase ciegamente en mis posibilidades, y que estuviesen abiertos a publicar mi novela más descarnada: El Manantial.

-Que Sportula y Rodolfo Martínez apostasen de primera hora por la antología Vintage'62: Marilyn y otros monstruos. Gracias.


La antología Vintage'62 y la pizza Marilyn

-Conocer a Emilio J.Bernal, y familia. Las charlas compartidas en Sitges fueron desternillantes por culpa de los espaguetis negros.

-A Ernesto Fernádez-Weiss y a Virginia Pérez de la Puente, por la tarde-noche que me hicieron pasar en Madrid. 

-Los tés compartidos con el grupo de Málaga Escribe en general, aunque de unos meses a esta parte ya no forme parte de él. Gracias a Raelana, Deivi, Javi, Patricia, MariCarmen, Isi y el resto del grupo.

-A Pablo Cordón y Desireé madre e hija, y a Emilio y Carmen. 

-La música de Curro Ayllón y su esfuerzo por dar lo mejor de sí en la "Canción de Abel", compuesta ex profeso para "El Manantial".

-Que Carlos Sisí se haya empeñado en mantener a flote nuestra amistad. A pesar de todo y de todos.

-A Alfonso Zamora, él sabe las razones. 

-Los poquitos momentos compartidos con David Mateo. 

-Aquellas charlas terciadas en Avilés con el grupo de la Zervilleta. Gracias a Javier Cosnava, Víctor Blázquez, Juan Miguel Fernández, Manuel Martín, Darío Vilas, Ángel Luis Sucasas, Miguel Aguerralde, Ignacio Cid Hermoso, Daniel Pérez Espinosa y Vanessa Molina Benítez. Eso sí, casi nunca acertamos con los restaurantes.

-Todas las conversaciones que he tenido con Javier Ortega, a cuenta de cine o de literatura. Da igual, porque lo cierto es que siempre me he sentido muy cómodo con él.

-A Celia Santos, que se animó a saludarme en Barcelona y que es un cielo de mujer.

-Y coincidir siempre que hay ocasión con Adela y Antonio Calzado, ya sea en Córdoba, Málaga o Sitges. Porque son dos peaso de amigos, sinónimo de hermanos, y por añadidura, Antonio es un escritor al que admiro.

Con F.J.López del Oso y A.Calzado
-Y finalmente, todos los lectores y resto de amigos que sería infinito enumerar que, de una u otra manera, me han hecho llegar su apoyo. Sí, también estás tú... y lo sabes.


ES DE JUSTICIA agradeceros a todos los momentos vividos. 
Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. 
Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. 

Os dedico a todos esta bella pieza, interpretada al piano por George Winston (que no, no es música clásica).




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Y lo peor:
-No daré más detalles... porque ELLOS saben quiénes son, y los motivos de mi silencio.

Podría decir que me he equivocado de foto, pero no.

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Ya veis que este habitante incierto de la Casa Deshabitada no se puede quejar lo más mínimo. Sería un cínico si lo hiciese. Ojalá el 2013 me permita vivir momentos tan estupendos como los que dejo atrás.

jueves, 20 de diciembre de 2012

No hay mal que por bien no venga, de Ricard Millás

Hoy día 20, os dejo la segunda colaboración. El escritor invitado es Ricard Millás. Quien lea el relato se dará cuenta de la voz tan personal que usa en un género tan manoseado como el zombi. 

Ricard Millàs es blogger, diseñador gráfico, escritor y poeta. Ha trabajado en diversas producciones de animación como la película ‘Chico y Rita’, ‘Nocturna’ o ‘Las tres Mellizas’ entre otros. Escribe para la red de blogs de Yahoo, la revista Vulture, el periódico Yamelosé!, Undrebrain Magazine, Periódico Irreverentes y El Librepensador entre otras plataformas en la red. Ha trabajado como Community Manager para la Editorial Versos y Reversos y ha sido miembro del grupo contracultural ‘Proyectos Multimierda’, formado por artistas de diferentes ámbitos artísticos. Actualmente está escribiendo su primera novela-blog; ‘La carne no está en venta’ y ha publicado el poemario ‘La sombra del felino’.






NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA, Ricard Millás.

Hace menos de tres meses escribías relatos en un blog cuyas estadísticas subían como la espuma en una jarra de medio litro. Recitabas en garitos con demasiado humo, demasiada cerveza, demasiadas piernas sin medias centellando bajo la luz de los fluorescentes. La inspiración se llamaba Kate Upton y se bajaba las medias cada noche, cuando dejabas el plato de carne en lata listo para que tu gato pudiera devorarlo. Tus dedos se convertían en un relámpago y dabas forma a las palabras con algo de DJ Shadow brotando de los altavoces. Te considerabas un poeta, un escritor, una especie de erudito de las palabras que nunca fue a la universidad. Lo aprendiste todo en la calle, bajo el amparo de la luz intermitente de las farolas, en tugurios de dudosa reputación, leyendo a Kerouac, a Vian, a Patti Smith, con un cigarrillo prestado en la boca y los bolsillos repletos de poesía de subterfugio… eras lo que siempre habías deseado. Un poeta en ciernes con los zapatos agujereados y la barba rala. Hasta que publicaste una primera novela que se vendió como un especial de Navidad de Playboy. Y te sentiste un semidiós y te compraste ropa y comenzaste a llamar a todas aquellas chicas que te despreciaron por no conservar un empleo más de dos meses. Y entonces fuiste capaz de sonreír entre las sabanas arrugadas de una aspirante a escritora de novela romántica… hasta que el mundo dio un giro de ciento ochenta grados y los unos comenzaron a comerse a los otros.
En el interior de tu Audi TT negro mate tratas de esquivar la marabunta de muertos que tratan de alcanzarte levantando los brazos y lanzando dentelladas al aire. Hace tres meses que la ciudad se ha convertido en un verdadero caos. Subes el volumen del CD cuando una enfermera con los pechos al aire trata de morderte a través del cristal de la puerta del conductor. Gene Pitney se convierte en tu último refugio. El mundo es ahora una caricatura de lo que estuvo a punto de convertirse. Muchos creyeron que la decadencia de la casta política y el fin de las libertades sociales terminarían en una dictadura financiera donde el que no tuviera tarjeta sanitaria de un hospital privado no podría ni ponerse una tirita sin tener que sacar un par de billetes de la cartera. Ahora todo había cambiado, antes de estallar la primera revolución social del siglo XXI, una curiosa pandemia convirtió a los seres humanos en caníbales desprovistos de raciocinio. Lo único que les impulsaba era el hambre, la carne en estado puro. La sangre era su redención. El hombre, un templo a punto de profanar.
Las prioridades humanas radicaban en su anhelo de seguir con vida. Lo demás, recuerdos de un pasado extremadamente reciente.
Llegas a la avenida Diagonal y te encuentras con un tapón de automóviles abandonados y cuerpos deambulando bajo un sol demasiado benevolente con lo que queda de tu ciudad. En tres meses tan sólo un 16 por ciento de sus habitantes siguen con vida. Repartidos en subterráneos, bunquers improvisados, pisos casi imposibles de acceder y vehículos que tratan de estar en continuo movimiento huyendo de la nueva casta de inesperados habitantes, buscan alimento y seguridad entre el declive del viejo occidente. Los restaurantes de comida rápida se han convertido en un monumento a la antigua civilización. La única carne que se mastica podría ser tu bicep derecho. Buscas con la mirada un hueco para escapar del torrente de muerte danzante que se acerca en procesión hacía tu automóvil; el que te compraste cuando hicieron la octava edición de tu primera novela. Ni Stieg Larsson tuvo tanto éxito. Lo tuyo fue tener la flor en el culo y lo sabes. Das marcha atrás y topas con un enorme jugador de baloncesto con los brazos largos y delgados que cuelgan de su cuerpo como una enorme cascara de plátano corrompido. Decides apretar el acelerador a pesar de notar un pequeño crujido en el ángulo muerto del Audi. Otro rasguño que podría evitar formar parte de la apestosa horda de muertos en vida. Le partes la rodilla al pivot del DKV Joventut de Badalona, metes primera y castigas el gas para salir del pequeño atolladero que se está formando a tu alrededor. Un guardia urbano se sube al capo y te deja la luna delantera perdida de babas y sangre seca. Sus dientes son la única ley que conoce. Su anterior raciocinio se ha diluido en su cerebro como una aspirina efervescente.  Vuelves a poner la palanca del cambio de marchas en la R y pisas con ganas. Esta vez le has roto la cadera al pivot. Se ha oído un crujido como de Bocabits en la boca de un niño con exceso de peso. Vuelves a meter primera con todo el peso de la ley tratando de comprender la pared transparente que os separa. Su cuerpo resbala y cae al suelo. La rueda derecha aplasta la cabeza del uniformado. Metes segunda y enfilas por la calle Marina. En realidad no tienes destino fijo, la idea es encontrar un lugar donde pasar la noche.

La cuesta está bastante despejada. Hay muertos repartidos por las aceras, como si por un momento recordaran por donde hay que caminar. La calzada está prácticamente libre de obstáculos excepto por un camión de mudanzas. En lo alto del remolque una chica te hace señas. Al parecer necesita algo de ayuda. Media docena de infectados estiran los brazos como si la estuvieran idolatrando y en realidad es así. Su alimento es su único dios. Saciar su apetito se convierte el único motivo para seguir arrastrando los pies. Decides que puedes hacer algo por ella y por ti mismo. Llevas demasiado tiempo solo. Avanzas hasta situarte frente a la cabina del vehículo y abres la pequeña trampilla del techo.
-¡Tírate encima del coche ya! ¡Date prisa!
Ves dos piernas dibujadas en el aire caer directamente en el capó del vehículo. Los muertos se aproximan lentamente hacia vosotros. Vuelves a dar marcha atrás para retroceder unos metros. Ella te sonríe desde el cristal. Es realmente guapa aunque va algo sucia y parece muy cansada. Qué más da. Te detienes y le abres la puerta del copiloto.
-¡Muchas gracias! He saltado por el balcón de mi casa y he caído en un el remolque del camión. Menos mal que vivo en el primer piso.
-Has tenido suerte. Vamos a buscar una zona más tranquila para poder detenernos.
-Yo tenía pensado llegar hasta el refugio de Sagrada Familia.
-¿Hay un refugio allí? No tenía ni idea. Y yo dando vueltas como un gilipollas toda la mañana. He dormido en una ferretería abandonada. Al menos me he traído un recuerdo.
En el asiento trasero descansa una sierra eléctrica de jardín en color amarillo. Una autentica preciosidad para el pequeño propietario de ayer con un diez por ciento de descuento.
Rodáis hasta girar por la calle Córcega. La vía está más o menos libre. El ruido del motor atrae a multitud de muertos. Desde vuestro pequeño bunquer rodante no hay mandíbula que se apodere de vuestra preciada carne.
-¿Cómo te llamas?
-Soy Mónica.
Los ojos de Mónica son un nuevo amanecer a pesar de tener unas ojeras del tamaño de dos soles. Su cara te recuerda a la de Kate Upton pero sin aquella expresión de ‘soy una niña rica y guapa’. Por un momento, crees que te has enamorado. Avanzáis por el asfalto hasta virar a la izquierda. El templo de la Sagrada Familia luce imponente bajo los rayos del mediodía. Estáis de suerte. O al menos es lo que quisieras pensar.
Al cabo de unos metros el cuerpo de la joven se desvanece por completo. La llamas por su nombre pero no te contesta. De repente tienes un mal presentimiento. Detienes el vehículo y buscas debajo de su abrigo. Una mancha de sangre le cubre todo el costado. Esta chica ha sido mordida, por eso saltó del balcón de su casa en un intento de redimirse partiéndose la cabeza contra el bordillo. Pero el camión aparcado delante de la puerta de su bloque de edificios, la salvó. Menuda suerte la suya.
Una decena de cuerpos se acercan al Audi. Antes del holocausto eras un tipo con suerte, que pudo saltar con elegancia en el trampolín del éxito social y conocías montones de chicas con los mismos ojos que Kate Upton. Ahora tendrás algo de suerte si una infectada muere en el asiento del copiloto de lo único que has podido conservar de tu antigua vida.
Pones primera y castigas el acelerador. Las revoluciones surfean por el tablero del cuenta revoluciones como si fuera su última ola. Miras de reojo al regalo que te ha otorgado un dios castigado por su propia prepotencia. Consigues detenerte en el carril bus y coges la sierra eléctrica. La enchufas a la toma de electricidad del coche. Pulsas con determinación el botón de arranque  y observas como giran las pequeñas cuchillas como en un carrusel del terror en miniatura. Mónica abre los ojos. Los tiene completamente en blanco. Su voz es un carraspeo repleto de hambre y furia y algo de desconcierto.  Le hundes la sierra en la cabeza. Salpicas la tapicería llena de envases vacios y un par de ejemplares de tu primer libro, aquel que te otorgó fama y gloria y un holocausto zombi surgido de la más absoluta nada.
Y sonries.
Sonries porque no sabes si has enloquecido o porque Mónica no va poder arrancarte la mano de un mordisco. Su cuerpo yace en el asiento del copiloto. Sin vida. Sin nada que llevarse a la boca. Abres la puerta justo cuando un zombi se lanza en picado contra la puerta del piloto. De una patada expulsas al amasijo de carne y sangre contra la acera. Cierras la puerta y bajas hasta la Sagrada Familia. Al menos sabes que vas a poder comer algo y quizás puedas pasar la noche.
No hay mal que por bien no venga.



sábado, 15 de diciembre de 2012

Recomendación del mes de Diciembre


Sigamos afrontando el empeño de glosar la Obra Completa de Gabriel Bermúdez Castillo, todo un clásico de nuestra Ciencia Ficción patria. Y de paso, hagamos de esta novela la recomendación del mes de Diciembre.



Título: VIAJE A UN PLANETA WU-WEI
Autor: Gabriel Bermúdez Castillo
Año: 1976
Editorial: Acervo Ciencia Ficción
Páginas: 447

Sinopsis: Sergio Amstrong es desterrado de la Ciudad. Lo condenan a bajar a la Tierra. A partir de ese momento irá encontrando todo tipo de personajes y las aventuras no dejarán de sucederse. 

Antes de nada decir que esta obra ha contado con tres ediciones hasta el día de hoy. La primera fue la de Acervo, de 1976. Diez años después apareció en dos volúmenes en la Biblioteca de Ciencia Ficción de Orbis (nº 69 y 70). Y en el año 2000 se editó la 3ª, esta vez por Avalón (Asociación asturiana de fantasía y ciencia ficció). Supongo que las tres serían inencontrablesde no mediar una herramienta tan eficaz como internet. Con un poco de suerte, los encontraéis.



¿Qué decir de una obra como esa sin desvelar ninguno de los giros argumentales que contiene? Bueno, antes de nada advertir a los lectores de vía estrecha, o a aquellos que se enfadan cuando una obra traspasa según qué límites de según qué generos, que esta novela los traspasa todos. La novela trasiega el terreno de la ciencia ficción, pero también el de la fantasía, la novela de aventuras (tipo Las minas del Rey Salomón) y la novela picaresca. Además, contiene aquí y allá unas incursiones en un erotismo bizarro, sorprendente sobre todo para la época en que se publicó, un año después de la muerte del Caudillo, 1976. 

Sergio Amstrong es desterrado de la Ciudad (paradigma de lo que queda de la civilización terrestre). Aterriza en la Tierra, destino de su destierro, y desde este punto no dejan de suceder cosas. Conocerá a Manchurri y su pandilla. Pero también al mago Simón Herder. Al capitán Grotton con quien compartirá la aventura de los mandriles. Y un largo ecétera que no detallaré para no hacer spolier.




En definitiva, es una novela inclsificable, que ha sobrevivido al paso del tiempo. Fiel reflejo del estilo iconoclasta de su autor, aún sigue siendo una gozada adentrarse en sus páginas. Una lectura perfectamente navideña. Si la encuentras y te gusta la buena ciencia ficción, no lo dudes. Luego no digas que no te advirtió el habitante incierto de esta casa deshabitada.

viernes, 14 de diciembre de 2012

El ganador es...

Voy a hacer pública mi decisión. Antes de nada agradecer vuestro esfuerzo en conseguir las fotografías más originales. Porque las hay y muy buenas. No sería cuestión de señalar algunas en concreto, porque me han gustado todas, inclusive las que he dejado fuera de las diez finalistas.

Creo que todo estaba muy igualado, no sabía a quién elegir hasta que llegaron las fotografías enviadas por Modo Zombi, realizadas por Pablo y con Desi haciendo de Verona. Porque la ganadora es...

VERONA posando con el libro y el vaso de fuego.

Me explicaré: la he elegido porque, uno, porque apostó por recrear a un personaje de la obra, con todo lo que eso conlleva de esfuerzo. Dos, porque la sesión consta de 11 fotos. Y tres, porque nunca antes Desi se había mostrado en público. Espero que muchos de vosotros estéis de acuerdo con la decisión.




jueves, 13 de diciembre de 2012

Las 10 fotografías elegidas

Aquí os dejo las DIEZ fotografías elegidas en el concurso que planteé a través de facebook y twitter. Los 10 autores de las mismas recibirán en su casa un Christmas castrogueriano (con motivos del Vintage62) y un preservativo de "El Manantial".

Mañana viernes diré quién es el elegido para llevarse además un ejemplar de la antología "Vintage'62: Marilyn y otros monstruos" y el Capítulo 0 de "La Guerra de la Doble Muerte". 

GRACIAS a todos por participar. 


















jueves, 6 de diciembre de 2012

Uno de mis conciertos favoritos

No recuerdo la cantidad de años que hace que escuché este precioso Concierto para violín y orquesta nº 3, de Wolfgang Amadeus Mozart. Os lo dejo en una versión histótica. Se realizó en Estocolmo el día 8 de diciembre de 1968. El gran protagonista de la velada es uno de los mejores violinistas del siglo XX, David Oistrakh. Habréis de perdonar el sonido algo defectuoso en beneficio de la historicidad del documento. Amigos mozartianos de la Casa Deshabitada, a disfrutar. 



sábado, 1 de diciembre de 2012

¿Quieres un christmas castrogueriano?

¿Quieres recibir en casa el christmas castrogueriano en casa y un preservativo, exclusivo y único, de "El Manantial"? Además, ¿quieres optar al sorteo de una antología "Vintage'62: Marilyn y otros monstruos" y a una sorpresa más? ¿Cómo?


 
1) Sólo tienes que subir a tu muro de facebook (o twitter), y etiquetarme, una fotografía con "El Manantial" o el "Vintage'62: Marilyn y otros monstruos".
2) Da igual que ya hayas subido con anterioridad esa fotografía.
3) Es indiferente que salgas en ella o que no (pero ten en cuenta el punto el punto 4)
4) De entre todos los que subáis la foto, elegiré las 10 más originales. Serán estos los que reciban el christmas y el preservativo.
5) Entre estos 10 elegidos sortearé un ejemplar de la antología "Vintage'62". ¿Cuál es la sorpresa? Al afortunado, además, le pasaré por word el Capítulo 0 de "La Guerra de la Doble Muerte" (era el que cerraba la novela), toda una rareza, ya que no fue publicado en su día y aún permanece inédito.


¿Plazo? Hasta el día 12 de diciembre de 2012.
¿Gastos de envío? Corro con los gastos de envío solamente para España.