Blog personal de Alejandro Castroguer

En este blog podrás estar al tanto de las noticias que generen las novelas "GLENN" (Premio Jaén de Novela 2015), "LA GUERRA DE LA DOBLE MUERTE", "EL ÚLTIMO REFUGIO", "EL MANANTIAL" y "HOLMES Y EL CASO DE LOS OCHO ESTÓMAGOS", y las antologías "Vintage'62: Marilyn y otros monstruos" y "Vintage'63: J.F.K. y otros monstruos" entre otras. Además, es lugar de encuentro para amantes del cine, la literatura, la buena música y las aventuras del Rey Mono.

domingo, 31 de enero de 2016

Lo nuevo de J. R. Biedma se llama...



Título: La lluvia en la mazmorra
Autor: Juan Ramón Biedma
Año: 2016
Páginas: 400
Editorial: Versátil Ediciones 


Sinopsis: Durante los tres últimos días del mandato del general Primo de Rivera, la disputa por controlar  un paquete de cartas destinadas a Alfonso XIII, redactadas por algunos de los prohombres más poderosos del país, obligan al escritor Enrique Jardiel Poncela, a una solitaria profesora, a una joven dramaturga y a un sereno de oscuro pasado a convertirse en detectives para realizar una indagación que los conducirá desde los ambientes teatrales y artísticos menos conocidos hasta algunos de los parajes más extravagantes del Madrid de los años treinta: apuestas clandestinas de riesgo extremo, teatros de autómatas, el tráfico de cadáveres con las facultades, asilos de actores, los llamados Cementerios Ambulantes o la vida oculta de la aristocracia más próxima a la monarquía; recorrido que desvelará un entramado trascendental para el futuro del país.


Podéis conseguir el libro en este enlace: 
http://www.ed-versatil.com/web/tienda/la-lluvia-en-la-mazmorra/

sábado, 30 de enero de 2016

Para mover el tiempo

Os dejo estos dos poemas que Francisco Álvarez Velasco publicó en Noche, poemario editado por Hiperión en 2005 y galardonado con el IX Premio Internacional de Poesía "Antonio Machado en Baeza".





PARA MOVER EL TIEMPO (1)

Como un rincón de fuego
relumbran las pavesas
de la luz de la tarde.

Y el reloj del pasillo
con las agujas quietas,
con la campana muda,
con las pesas caídas
y los pasos parados
y la esfera dormida.

Acude con tu mano, 
y dale cuerda al tiempo.



PARA MOVER EL TIEMPO (2)

El tiempo de la ausencia
es un cuarto vacío
y una puerta, impaciente,
que espera que la empujen

y un lecho preparado
con la sábana abierta
y un reloj de pared
que desgrana las horas,
que desgrana las horas...




Podéis conseguir el poemario Noche a través de este enlace: 
http://www.hiperion.com/index.php/libreria/poesia-hiperion/noche-detail 

viernes, 29 de enero de 2016

La Presentación en Málaga de GLENN

Las imagenes lo dicen todo: GLENN (Premio Jaén de Novela 2015) se presenta en Málaga. 




miércoles, 27 de enero de 2016

El tiempo y la lluvia amarilla

Os dejo una cita extraída de la intensa novela de Julio Llamazares "La lluvia amarilla" (1988).

El tiempo acaba siempre borrando las heridas. El tiempo es una lluvia paciente y amarilla que apaga poco a poco los fuegos más violentos. Pero hay hogueras que arden bajo la tierra, grietas de la memoria tan secas y profundas que ni siquiera el diluvio de la muerte bastaría tal vez para borrarlas. 

 

martes, 26 de enero de 2016

Otra maravilla bachiana

Hoy os hablaré brevemente del aria de tenor "Sei getreu, alle Pein" contenida en la Cantata BWV 12 que lleva por título "Weinen, Klagen, Sorgen, Zagen" (Llanto, lamento, afán, temor). Cantata de iglesia escrita por Bach en Weimar para el domingo de júbilo, tercer domingo después de Pascua, la BWV 12 fue estrenada el 22 de abril de 1714 en el Schlosskirche, en la capilla cortesana del Palacio de Weimar.

En la tonalidad de Sol menor, el aria Sei getreu, alle Pein" (sexto de los siete números de los que se compone la cantata) se adscribe al tono de especial tristeza propio del resto de la obra. Llama la atención su sencilla y a la vez peculiar instrumentación: bajo contínuo compuesto por un violonchelo y el órgano, y una trompeta. La trompeta aparece única y exclusivamente en la citada aria, e interpreta un cantus firmus que acompaña la melodía del tenor. El efecto es realmente sorprendente.

 


domingo, 24 de enero de 2016

Un Glenn Gould de dibujos animados


Es un pequeño fragmento de la película de dibujos animados Les triplettes de Belleville, escrita y dirigida por Sylvain Chomet. En él aparece un pianista que se parece demasiado a Glenn Gould.


viernes, 22 de enero de 2016

Sexto Aniversario de la Guerra de la Doble Muerte

Hoy, 22 de enero, se cumplen los primeros SEIS años de este blog, que en un primer instante se llamó La Guerra de la Doble Muerte y que sembró el germen de la que fuese novela homónima publicada en 2010 por Almuzara. El Habitante Incierto de esta Casa Deshabitada desea a Judith, Jonás y Salvador un Feliz Cumpleaños. 


En estos seis años al Habitante Incierto le ha dado tiempo a publicar tres novelas de "zombis". A atesorar un puñadito de buenos amigos (gracias, sois geniales). A despertar un millón de envidias y otro de recelos. A salirse del género (cansado, aburrido, extenuado). Y a ganar un premio del prestigio del Premio Jaén con una novela biográfica como GLENN. 

Pese a los contratiempos y los cadáveres arrostrados, no ha estado hasta ahora mal el viaje. El Habitante promete seguir dando guerra en la trinchera de la literatura, por muchos años. Pese a quien pese.


jueves, 21 de enero de 2016

Dilatando Mentes apuesta por Maldoror

(Entrada realizada con información extraída de la web de la editorial Dilatando Mentes.)


Título: LOS CANTOS DE MALDOROR
Autor: Isidore Ducasse
Editorial: Dilatando Mentes
Páginas: 312
Formato: Rústica con solapas.
Dimensiones: 14,8x21cm
Incluye 6 ilustraciones interiores en blanco y negro, obra de Miguel Ángel Martín.
Precio: 16,95€

Ilustrado por Miguel Ángel Martín
Prologado por Alejandro Castroguer
Ensayo de Francisco González Fernández


Fecha de publicación: Marzo de 2016


Isidore Ducasse (1846 - 1870), más conocido como Conde de Lautréamont, autor de Los Cantos de Maldoror (Les Chants de Maldoror, 1869) fue, sin duda, un inclasificable romántico, un avanzado a su tiempo.

Eso mismo dice Alejandro Castroguer en el prólogo que escribe para esta edición de Los Cantos de Maldoror (ilustrada por Miguel Ángel Martín y con un ensayo a cargo de Francisco González Fernández), que: “literariamente, Isidore Ducasse fue un viajero rumbo al futuro, un adelantado a su tiempo, un visionario. Sus escritos, muy escasos, no fueron otra cosa que una sonda lanzada en dirección al siglo XX con el vivo deseo de hallar lectores que comulgasen con su credo estético.”

La obra, escrita entre 1868 y 1869, que nos ha llegado diseminada a lo largo seis "capítulos" (Cantos, como los llama el autor), es una oda al mal, un despiadado y nihilista ataque al ser humano, un cruento diálogo racional entre la ciencia y la espiritualidad, que hace gala de una belleza tan macabra y grotesca, una complejidad métrica y matemática tal, que obligará al lector, aún en contra de su voluntad, a zambullirse en los mares de tinta de sus palabras y verse arrastrado por las atormentadas corrientes de los pensamientos de su protagonista: Maldoror.

No es este un libro fácil, en absoluto; más bien al contrario. Por más que su lectura se antoje sorprendente y todo un manantial de hallazgos estilísticos y lingüísticos, y haya hechizado a artistas de toda índole a lo largo de los años (André Breton, Salvador Dalí, Max Ernst,…), ya el propio Ducasse, por boca de su protagonista, su ángel caído, advierte al lector nada más comenzar este libro, inclasificable y de culto: “No es bueno que todo el mundo lea las páginas que siguen; sólo unos pocos saborearán este fruto amargo sin peligro…”

Poco se sabe en verdad, más allá de conjeturas y rumores, de la enigmática figura de Ducasse, casi tan poco como de la verdad que se esconde detrás de este libro tan oscuro como mágico, tan decadente como necesario; eso sí, uno, al terminar su lectura, no puede por más que preguntarse qué horrores mentales habría conocido Ducasse para, con apenas veintitrés años, escribir el relato, tan indispensable como reprobable, de un personaje que bebe directamente de Byron, Mickiewicz, Goethe e incluso del mismísimo Satanás.

Lector, haznos caso y aléjate cuanto puedas de este libro ahora que estás a tiempo; y, ten presente, cuando lo sostengas entre tus manos temblorosas, cuando tu cordura te abandone para siempre que, tanto Ducasse como nosotros, te advertimos previamente de los peligros y horrores que estas páginas encierran.

Fecha de publicación: Marzo de 2016


SE TRATA DE UNA EDICIÓN LIMITADA Y NUMERADA, ASÍ QUE HAZ YA TU RESERVA EN ESTE CORREO ELECTRÓNICO:

dilatandomenteseditorial@gmail.com

sábado, 16 de enero de 2016

Emaús, o la revelación herida de la juventud


Título: Emaús
Título original: Emmaus
Autor: Alessandro Baricco
Año: 2009
Páginas:  149 
Editorial: Anagrama

Sinopsis: El Santo, Luca, Bobby y el narrador son cuatro adolescentes de clase media y profundamente católicos. La aparición de Andre, una chica de clase alta y costumbres liberales, supondrá el derrumbe de todas sus certezas. Hasta entonces, han sido jóvenes llenos de grandes palabras (amor, deseo, dolor, muerte...) cuyo auténtico significado desconocen. Al igual que en la historia de Emaús, en la que se relata cómo Cristo, ya resucitado, se apareció a dos de sus discípulos y éstos no supieron reconocerlo hasta que fue demasiado tarde, los cuatro protagonistas se enfrentan a la realidad sin saber reconocer todos sus matices, aferrados a una fe monolítica. 


Cuatro adolescentes asisten, pasmados, a la devastación silenciosa que propugna Andre, la chica de sus sueños, ésta es la premisa que sirve a Baricco para hablar, con una lucidez insólita, de los temores e inseguridades de aquéllos: el Santo, Luca, Bobby y el narrador (quién sabe si el propio novelista, dependiendo de lo autobiográfica que pudiera ser la obra). Ella, Andre, chica bien y de familia acomodada, no es consciente del poder devastador de su hermosura, de la impresión que causa en el grupo. Al menos, en un principio; luego, no resultará tan inocente.

Para contextualizar la elección del título del libro que nos ocupa, extractaré el texto bíblico de Lucas 24, 13-35, donde se hace referencia a Emaús: "Dos de los discípulos se dirigían aquel mismo día a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. (...) Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y se puso a caminar a su lado. Pero, aunque le veían, algo les impedía reconocerle. Jesús les preguntó:
–¿De qué venís hablando por el camino?
Se detuvieron tristes, y uno de ellos llamado Cleofás contestó:
–Seguramente tú eres el único que, habiendo estado en Jerusalén, no sabe lo que allí ha sucedido estos días. (...)
–¿Qué ha sucedido? (...)
–Lo de Jesús de Nazaret (...). Los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran. (...) ya han pasado tres días desde entonces. Sin embargo, algunas de las mujeres (...) fueron de madrugada al sepulcro y no encontraron el cuerpo; y volvieron a casa contando que unos ángeles se les habían aparecido y les habían dicho que Jesús está vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron todo como las mujeres habían dicho, pero no vieron a Jesús.
Jesús les dijo entonces:
–¡Qué faltos de comprensión sois y cuánto os cuesta creer todo lo que dijeron los profetas! ¿Acaso no tenía que sufrir el Mesías estas cosas antes de ser glorificado?
(...) Al llegar al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como si fuera a seguir adelante, pero ellos le obligaron a quedarse, diciendo:
–Quédate con nosotros, porque ya es tarde y se está haciendo de noche.
Entró, pues, Jesús, y se quedó con ellos. Cuando estaban sentados a la mesa, tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús.(...)"

Es, pues, Emaús el lugar de la revelación, la adolescencia. Ese fulgor que viene de manos de Andre, la certeza de que, tras su compañía, resucitarán siendo ya adultos, o cuando menos, adolescentes mortalmente heridos. El autor de "Océano Mar" aprovecha hasta el último renglón, con una escritura que bascula entre lo reflexivo y lo poético, para hacer una autopsia de las ilusiones que atesora la juventud y que, a poco que se tuerzan las cosas, acabarán hechas astillas.

Dejo esta cita extraída de la obra: "Se trata sólo de cerrarlos (se refiere a los dedos de una mano) lentamente, con la fuerza de un suave apretón -como si tuviéramos que meter ahí la vida entera. Dice que no tenemos que asustarnos, y que si lo somos todo, ésa es nuestra belleza, no nuestra enfermedad. Es el reverso del horror."

Belleza, antítesis del horror, sea como fuere lo cierto es que en esta novela corta (que hará las delicias de aquellos que amen la literatura por encima de todo) cabe la estrechura entera de las vidas del Santo, Luca, Bobby y el narrador. En nuestros días, éstos en que las letras no son más que una prostituta en manos del dinero, "Emaús" significa una pequeña resurrección. Hosanna.

martes, 12 de enero de 2016

La música de Bach de la semana

En este 2016, quizá en homenaje al protagonista de su última novela (Glenn Gould), el Habitante Incierto quisiera hablaros brevemente de alguna música de Johann Sebastian Bach que él considere relevante por su importancia y/o belleza, y en especial, de aquéllas extraídas del impresionante y extenso ciclo de las cantatas sacras, tesoro donde se esconden algunas de las joyas más desconocidas de su catálogo. El Habitante tratará que la periodicidad de estas entradas bachianas sea semanal o quincenal.


La primera de estas músicas es el Coro de inicio de la Cantata BWV 6 Bleib bei uns, denn es will Abend werden (Quédate con nosotros, pues cae la tarde). La susodicha cantata fue escrita en Leipzig para el lunes de Pascua y estrenada el 2-IV- 1725. El Evangelio del día (San Lucas 24/ 13 a 35) habla de la aparición de Jesús resucitado a dos de sus discípulos en el camino a Emaus. Como temen que Jesús parta, le suplican: "Permanece con nosotros porque se hace tarde y el día ya ha declinado". El desconocido libretista se ajusta estrechamente al pasaje evangélico, si bien convierte la súplica de los dos hombres en un gesto religioso de alcance más universal: es la humanidad la que eleva su plegaria, para que el Señor permanezca a su lado cuando comience la edad de las tinieblas.

Escrita para cuatro solistas vocales (soprano, alto, tenor y bajo) y un coro a cuatro voces, más una pantilla orquestal con dos oboes, oboe da caccia, dos violines, viola, violonchelo piccolo y bajo continuo, consta de seis movimientos, de los cuales el Coro inicial es su número más notable, coro que por otra parte recuerda a los grandes números corales de las famosas pasiones de San Mateo o San Juan. Las líneas vocales en este movimiento descienden en «denn es will Abend werden» (pues cae la tarde), "como si la oscuridad de la noche pesara sobre ellos". La sección central es una textura fugada en do menor y el compás de 4/4, dominado por el contrapunto imitativo. (Información extraída de la Wikipedia y de CantatasDeBach.com.)

La belleza y hondura de esta música es innegable. Así que abrid bien los oídos.