Título: EL CUARTO JINETE
Autor: Víctor Blázquez
Año: 2012
Páginas: 336
Editorial: Dolmen
Sinopsis: Las cosas están a punto de torcerse del todo. El cuarto jinete, el más mortal de todos los virus concebidos por el hombre, el principio del fin, un virus capaz de someter a toda la raza humana, está a punto de ser liberado. Enfrentados a un enemigo sin miedo, inagotable y atroz, los habitantes de Castle Hill tendrán que valerse por sí mismos para sobrevivir. La pesadilla está a punto de comenzar. No hay ningún sitio al que huir si la muerte corre más que tú.
Os dejo la biografía de Víctor Blázquez que aparece en la solapa del libro: V.B. (Sevilla, septiembre de 1981) ha vivido a lo largo de sus 30 años en sitios tan distintos como Madrid, León, México DF o Monterrey. Actualmente reside en Majadahonda junto a su mujer, sus dos hijos y sus dos perros y, amparado por la noche, dedica el tiempo a escribir. Lleva vinculado al mundo de la ficción más de diez años, trabajando actualmente como segundo de dirección en series como Herederos, El Gordo o La Fuga. También ha dirigido una decena de cortometrajes y estado detrás de proyectos de distinta índole, desde videoclips a webseries como Pigmalión.El cuarto jinete es su primera novela en ver la luz, su adrenalitica aportación a un género que adora y que consume desde pequeño.
Autor: Víctor Blázquez
Año: 2012
Páginas: 336
Editorial: Dolmen
Sinopsis: Las cosas están a punto de torcerse del todo. El cuarto jinete, el más mortal de todos los virus concebidos por el hombre, el principio del fin, un virus capaz de someter a toda la raza humana, está a punto de ser liberado. Enfrentados a un enemigo sin miedo, inagotable y atroz, los habitantes de Castle Hill tendrán que valerse por sí mismos para sobrevivir. La pesadilla está a punto de comenzar. No hay ningún sitio al que huir si la muerte corre más que tú.
Os dejo la biografía de Víctor Blázquez que aparece en la solapa del libro: V.B. (Sevilla, septiembre de 1981) ha vivido a lo largo de sus 30 años en sitios tan distintos como Madrid, León, México DF o Monterrey. Actualmente reside en Majadahonda junto a su mujer, sus dos hijos y sus dos perros y, amparado por la noche, dedica el tiempo a escribir. Lleva vinculado al mundo de la ficción más de diez años, trabajando actualmente como segundo de dirección en series como Herederos, El Gordo o La Fuga. También ha dirigido una decena de cortometrajes y estado detrás de proyectos de distinta índole, desde videoclips a webseries como Pigmalión.El cuarto jinete es su primera novela en ver la luz, su adrenalitica aportación a un género que adora y que consume desde pequeño.
Antes de empezar con la reseña he de apuntar dos cosillas:
-uno) en este blog de La Casa Deshabitada suelo reseñar películas o libros que me gustan o me han interesado de alguna manera. Tampoco suelo hacer leña del árbol caído y pergeñar una reseña para crucificar a nadie. Si algo no me ha gustado o desagradado suelo callarme.
-dos) en este blog no se hacen reseñas por encargo, ni "a cambio de...", porque todos los libros que comento aquí han sido adquiridos por mí y no regalados por editorial alguna. Esto que quede claro.
Por lo tanto es obvio desde el principio que este Cuarto Jinete contiene suficientes elementos de interés como para aparecer aquí y que Dolmen no me ha facilitado el ejemplar. Hablaré de la novela desde la entera libertad. Nada de amiguismo ni comepollismo, ni de adornar en exceso donde sólo queda el rastro de la conveniencia.
Por lo tanto es obvio desde el principio que este Cuarto Jinete contiene suficientes elementos de interés como para aparecer aquí y que Dolmen no me ha facilitado el ejemplar. Hablaré de la novela desde la entera libertad. Nada de amiguismo ni comepollismo, ni de adornar en exceso donde sólo queda el rastro de la conveniencia.
Desde que leí "Sherlock Holmes y los zombis de Camford", que reseñé aquí y os recomiendo fervientemente -sobre todo si te da igual que no haya muchos zombis y buscas una buena obra-, no me había enfrentado al género. ¿Las causas? Tal vez el hastío, la repetición de las fórmulas, el ordeñado esclavizante de la idea original que pariera en 1968 George Romero. Pero muy pronto desde las redes sociales me llamó la atención ese "El Cuarto Jinete". Había leído por internet y en distintos foros que tenía un narrador y un estilo muy singulares. Esto concitó inmediatamente mi interés. También el hecho de que algunos achacaran al libro una lentitud excesiva en la presentación de los personajes.
Ya sea porque soy pez que nada a contracorriente o porque mi olfato de sabueso me lo decía, la cuestión es que compré el libro. Después del breve prólogo, comienza lo verdaderamente bueno: la presentación de Castle Hill. Ese narrador que se dirige al lector para conducirlo de casa en casa, de calle en calle a lo largo y ancho del pueblo -como si fuésemos espectadores de lujo- le confiere una fuerza inusitada a la obra. Además de permitirle el uso contínuo -algunos dirán que abuso- de los Cliffhanger. Cuando está a punto de suceder algo verdaderamente excitante, el narrador nos lleva en volandas hasta otra cosa, hasta otro punto de la acción. (Manda cojones, jajaja). De este modo consigue que las ochenta primeras páginas sean absorbentes. Casi no puedes dejar de leer.
Novela de acción frenética, desenfrenada una vez que se ha desatado el virus Cuarto Jinete, una potente arma bactereológica que se suponía celosamente guardada. Pero la ambición y el dinero lo puede todo. Y el terror escapará para asolar el pequeño pueblo. Nada ni nadie está fuera de peligro. Sólo queda escapar a toda costa de allí. Pero hay más de un problema, y no me refiero en este caso a los muertos vivientes. No diré más. (Cuanto menos se diga en un reseña de la trama, tanto mejor).
Tiene muchos personajes. Tal vez alguno demandase mayor protagonismo o alguno no quede suficientemente fijado en nuestra memoria. Tal vez. Pero lo sustantivo es el pueblo. Y sí, hay nombres propios que se graban en la memoria (por ejemplo el señor Blueman). A uno que es un antimundano y un lascivo empedernido no se le va de la cabeza el cuerpo de Verónica, la bombero macizorra.
La segunda mitad de la novela es un contínuo ir y venir de personajes, de huídas desesperadas, de situaciones al límite. Quien no es capaz de ocultarse a tiempo, o correr bien rápido y tropieza, puede darse por muerto. Recuerdo que en ocasiones llegué a imaginarme al último mohicano corriendo de casa en casa. La novela tiene escenas duras, con imágenes explícitas.
Desde este Casa Deshabitada recomiendo su lectura a los lectores del género y a los que busquen adrenalina a borbotones. Resumiendo, es mucho mejor novela Z que algunas otras de mayor nombradía, por lo menos a juicio de este habitante incierto de la Casa Deshabitada.
Ya sea porque soy pez que nada a contracorriente o porque mi olfato de sabueso me lo decía, la cuestión es que compré el libro. Después del breve prólogo, comienza lo verdaderamente bueno: la presentación de Castle Hill. Ese narrador que se dirige al lector para conducirlo de casa en casa, de calle en calle a lo largo y ancho del pueblo -como si fuésemos espectadores de lujo- le confiere una fuerza inusitada a la obra. Además de permitirle el uso contínuo -algunos dirán que abuso- de los Cliffhanger. Cuando está a punto de suceder algo verdaderamente excitante, el narrador nos lleva en volandas hasta otra cosa, hasta otro punto de la acción. (Manda cojones, jajaja). De este modo consigue que las ochenta primeras páginas sean absorbentes. Casi no puedes dejar de leer.
Novela de acción frenética, desenfrenada una vez que se ha desatado el virus Cuarto Jinete, una potente arma bactereológica que se suponía celosamente guardada. Pero la ambición y el dinero lo puede todo. Y el terror escapará para asolar el pequeño pueblo. Nada ni nadie está fuera de peligro. Sólo queda escapar a toda costa de allí. Pero hay más de un problema, y no me refiero en este caso a los muertos vivientes. No diré más. (Cuanto menos se diga en un reseña de la trama, tanto mejor).
Tiene muchos personajes. Tal vez alguno demandase mayor protagonismo o alguno no quede suficientemente fijado en nuestra memoria. Tal vez. Pero lo sustantivo es el pueblo. Y sí, hay nombres propios que se graban en la memoria (por ejemplo el señor Blueman). A uno que es un antimundano y un lascivo empedernido no se le va de la cabeza el cuerpo de Verónica, la bombero macizorra.
La segunda mitad de la novela es un contínuo ir y venir de personajes, de huídas desesperadas, de situaciones al límite. Quien no es capaz de ocultarse a tiempo, o correr bien rápido y tropieza, puede darse por muerto. Recuerdo que en ocasiones llegué a imaginarme al último mohicano corriendo de casa en casa. La novela tiene escenas duras, con imágenes explícitas.
Desde este Casa Deshabitada recomiendo su lectura a los lectores del género y a los que busquen adrenalina a borbotones. Resumiendo, es mucho mejor novela Z que algunas otras de mayor nombradía, por lo menos a juicio de este habitante incierto de la Casa Deshabitada.
Ahora os dejo con unas preguntas que he efectuado a Víctor Blázquez y que él ha tenido a bien contestar para vosotros:
¿Cuál fue el germen inicial de la historia, cómo se te ocurrió la historia? A veces se empieza escribir con una imagen, o alrededor de un título o de un personaje. ¿Cómo fue en tu caso?El gérmen del cuarto jinete fue una imagen que no es original. En mi cabeza veía una comisaría de policía, un grupo de supervivientes encerrados en su interior, y unas criaturas que les atacaban desde el exterior. Era Asalto a la comisaría del distrito 13 pero con monstruos. Al principio, de hecho, ni siquiera eran zombies.
Luego la idea fue mutando. Veía con claridad el pueblo, y la presentación de la forma en que está contada, y supe que quería hacer una obra muy coral, donde no hubiera un portagonista claro. Luego aparecieron los zombies en mi mente. Y poco a poco fue floreciendo el resto.
Se ha hablado de que la principal novedad de tu novela es el narrador que se dirige al lector, con quien establece una conversación. ¿Tenías claro este aspecto cuando empezaste a escribir?
Sí tenía claro que quería tener ese narrador en la novela, pero no sabía que iba a apoderarse tanto del relato. Al final el narrador acabó convertido en parte esencial de la historia. Como un personaje más.
¿A qué personaje le has dedicado más horas de no-sueño?
Mark, Neville y Brad Blueman son los tres personajes a los que más vueltas les di, continuamente, repasando sus apariciones, sus textos, sus pensamientos.
Cuéntanos alguna anécdota que te haya sucedido en alguna de las presentaciones o algún comentario que te hayan hecho llegar a través de internet.
Por el momento todos los comentarios que están llegándome a través de las redes sociales son positivos. En concreto me he quedado con el Psyklon_Z, que aseguró que el libro deberían venderlo con valeriana, así como con el email de un chico que me comentó que gracias a El cuarto jinete había empezado a leer de nuevo, algo que no hacía desde hace siete años. Ese tipo de cosas le llegan a uno.
Ya somos unos cuantos los que hemos disfrutado con ella... un abrazo Alejandro
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