La cita es de Truman Capote, de su novela inconclusa "Plegarias atendidas", más concretamente del capítulo titulado "Monstruos perfectos". El protagonista del mismo, P. B. Jones, hace esta sorprendente afirmación (o no tanto):
"...tuve un buen número de clientes particulares, hombres y mujeres a quienes daba masajes y les enseñaba ejercicios corporales y faciales, aunque los ejercicios faciales sean todos una estafa. Chupar pollas es el único eficaz. No es ninguna broma. No hay nada como eso para dar firmeza a las mandíbulas."
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