Estas portadas, todas y cada una de ellas, serían capaces de ahuyentar al melómano más curtido. Aunque alguna esconde alguna grabación de mérito, lo normal es abjurar de ellas, al menos en estas ediciones, por pura lógica y decencia estética.
¿Quiénes fueron los creadores de semejantes esperpentos? ¿Y cuánto cobraron por ello? Misterios que precisarían de un Holmes o un Poirot para ser revelados al mundo.
Si os place, dejad un comentario sobre cuál de las ocho os parece la más aberrante.
Siendo risibles... las hay peores, aunque encuadrables en otros géneros musicales
ResponderEliminarDificil, yo desde luego no compraría
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