Blog personal de Alejandro Castroguer

En este blog podrás estar al tanto de las noticias que generen las novelas "GLENN" (Premio Jaén de Novela 2015), "LA GUERRA DE LA DOBLE MUERTE", "EL ÚLTIMO REFUGIO", "EL MANANTIAL" y "HOLMES Y EL CASO DE LOS OCHO ESTÓMAGOS", y las antologías "Vintage'62: Marilyn y otros monstruos" y "Vintage'63: J.F.K. y otros monstruos" entre otras. Además, es lugar de encuentro para amantes del cine, la literatura, la buena música y las aventuras del Rey Mono.

lunes, 30 de agosto de 2010

El relato que dio origen a "La Guerra de la Doble Muerte"

Se llama "Camarero caramelo". Seguramente lo conoceréis más de uno/a, no en vano ya ha sido publicado en el blog de "Sevilla Escribe". Os lo dejo para que sepáis de dónde viene toda la historia de la GDM. Este cuento, más que la novela, se adscribe a lo que vine en llamar neorrealismo zombi.


CAMARERO CARAMELO, de Alejandro Castroguer




Como la constatación de lo inevitable, todo empieza a ir mal desde primeras horas de la mañana. El hijoputa del perro se caga en la alfombra y, estando sólo, me toca recoger la mierda con una bolsa de plástico del super. Está escondido un buen rato, asustado. Pero al final su imprudencia me concede una oportunidad para la venganza. En cuanto lo tengo al alcance le lanzo un escobazo de órdago. Sacudo todas las moscas de dentro de su estómago. Salen revoloteando por entre sus costillas. He estado a punto de esparcir todos sus huesos por el suelo. Ya le dije a Elena que no quería ningún jodido perro zombi de la fosa común.

Antes de preparar el almuerzo, ocioso, me siento a ver una película del Oeste, nada menos que El bueno, el feo y el malo. Combatir el calor con una cerveza bien fría es todo un lujo para un currito como yo. Por una parte me encanta sentir la lata congelada directamente contra los huesos mondos, pero por otra parte odio medir los sorbos al milímetro para evitar perder la cerveza por el desgarrón del abdomen y que me manche la camisa y el pantalón. No quiero que nadie piense que me orino encima.

La película desemboca en el final, el personaje de Tuco recorre el cementerio de un lado a otro, pienso Ahora vendrá lo bueno, cuando llaman al telefonillo. Le doy al Stop, detengo a Tuco entre cientos de lápidas pensando que ese escenario es un bonito sitio para pasar un domingo de campo.

-¿Sí?- digo con la voz más cansada posible.

-Los vivos.

Preparo los nueve euros de rigor para pagar el Ocaso en cuanto llegue. Abro. El cobrador tiene casi tan mal aspecto como yo, bueno, con algo de suerte tengo hasta peor aspecto que él. Ladro un Buenos días, alargo el dinero y recojo el cambio procurando no rozar los huesos del otro.

De regreso al salón ya no merece la pena continuar con la película. Una vez perdido el clímax es mejor dejarlo para otra ocasión. En el cuarto de baño lleno el lavamanos de agua caliente. Me miro al espejo, la cuchilla de afeitar en ristre. No sé por dónde coño empezar, toda la carne putrefacta, hecha jirones. Esparzo la espuma y con mimo de cirujano me afeito procurando dejarlo todo tal como está, que no me pase como ayer, que se me cayó un pedazo putrefacto de barbilla al lavamanos y se lo tuve que echar de almuerzo al perro.

Todavía me falta apurar el carrillo izquierdo cuando alguien me llama al móvil.

-¿Sí?- digo procurando no manchar de espuma el teléfono.

-¿Don Alberto Ribagorda?

Como me temo lo peor, respondo con mi peor voz gutural:

-Soy yo.

-Mire, le llamaba para ofrecerle una nueva promoción de telefonía …

Cuelgo antes de oír el nombre de la empresa. Malditos bastardos. Estoy limpiando el lavamanos cuando vuelven a llamarme al móvil.

-No estoy- respondo nada más descolgar.

-Alberto, soy yo- es mi mujer-. Te llamaba para recordarte lo de esta tarde.

-Veré si me puedo escapar, cariño- las palabras se me mueren en los dientes-. La cosa no está fácil, ya sabes.

-Bueno, ya lo sabes, a las siete empezamos.


Le digo que lo tendré en cuenta y termino la llamada con un podrido Te quiero. Encima de la cama de matrimonio me espera el uniforme, Camarero Caramelo, esa absurda frase con que hay que servir a los clientes. La sonrisa de zombi contento de trabajar diez horas seguidas por un sueldo que despreciaría un vivo.

Como homenaje me pongo por última vez los pantalones color caramelo, la camisa caramelo y la gorra caramelo. Vaya por Dios, prefiero no mirarme al espejo. Con lo demacrado que estoy pareceré un payaso. Me desvisto con cuidado de no perder algún trozo de carne en el intento y me pongo una ropa informal. He de acercarme al bar a dejar el uniforme, aparentar la tranquilidad de quien puede tener cualquier otro trabajo. Y luego buscar un sitio donde pasar todo el día antes de regresar a casa para el cumpleaños del niño.

Mañana será otro día, mañana habrá tiempo de poner la mejor sonrisa de muerto para decirle a Elena que me he quedado en el paro.


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18 comentarios:

  1. No lo conocía. Muy buen relato. Corto y directo, como a mí me gustan.

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  2. Gracias Alcorze, siempre pendiente de mis escritos.

    El tono claramente desenfadado y realista de las cuitas de un zombi no fueron entendidos por algún que otro lector.

    Saludos.

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  3. Lo siento, es que no deja modificar los mensajes.

    ¿Quizas no fuera entendido porque estamos acostumbrados a un mundo de zombis tontos y sin alma?
    Lo que me duele un poco es el pensar que ni muertos, o ni no muertos, nos libramos de las miserias humanas, como el paro o las compañías de telefonía ;). Aunque el tono desenfadado se vuelve muy duro en los dos últimos párrafos, al menos por lo del paro, muy actual.
    Me ha encantado el cuento, corto, ágil de leer y uno se pone en los huesos del protagonista.
    Por cierto que buena la peli El bueno, el feo y el malo, desde mi punto de vista.

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  4. No te preocupes JAime por la no rectificación de los mensajes. Tú los borras y si eso yo los elimino definitivamente. No te preocupes por ello.

    Gracias por tus elogiosas palabras. En verdad en el cuento el zombi es sólo una excusa... claro, una suerte de metáfora.

    Un saludo y un abrrzo.

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  5. Muy buen relato Alejandro, gracias por colgar el germen de GDM :)

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  6. Gracias Óscar por tu seguimiento. Eres uno de los incondicionales.

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  7. Yo también soy incondicional.

    Es un relato interesante pero claro es sólo la crisálida (me encanta esta palabra,una de las más bonitas del español para mí) de GDM.

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  8. Muy buen relato. Recién en la sexta oración del primer párrafo nos damos cuenta que va de "zombis". Claro que todo es una "metáfora" como bien dices.
    Me gustó, mucho Camarero Caramelo.
    Muy acertado publicarlo en la página de la GDM. Un placer leerte.
    Pilar

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  9. Gracias Pilar. Lo del neorrealismo zombi es una manera de hablar de los problemas de los vivos con un ropaje algo peculiar.

    Un abrazo.

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  10. Un relato de temática social Zombi!!
    Está muy simpático, me hizo gracia lo del perro zombi y cuando llega la hora de afeitarse, vamos, yo soy un zombi y nunca me afeitaría, jajaja.

    Hasta pronto.

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  11. Oye, que acabo de descubrir esta página y quería decirte que me encanta.
    ¡Este relato es genial! Secillo, original, ameno... y lleno de sentido a pesar de lo que pueda parecer a simple vista. Mucho más humano que muchos relatos con protagonistas vivos. ¡Felicidades!

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  12. Gracias, Puli. Es por ello el apelativo de Neorrealismo Zombi, una metáfora acerca de los que estamos en esta frontera de la vida.

    Me alegra tenerte como seguidor del Blog.

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  13. Ey, me ha gustado bastante! Es neorrealismo, o bien crítica social. Me han gustado muchos detalles graciosos como el tío del Ocaso cobrando "Los Vivos", o lo del perro traído de una fosa común.

    Como ya han comentado por ahí arriba, es claro y directo, y muy sencillito de leer. A pesar de la temática, no había terminado de asociarlo del todo con la GDM... quizás por el tono. La GDM me pareció mucho más dramática en cuanto a narración; en este relato, más que dramatismo (que lo hay, sobre todo al final), prima el malestar o la incomodidad con una situación de la que el protagonista no parece ser capaz de salir. En la GDM, sin embargo, vi que los personajes vivían horrorizados ante la destrucción que tenían por delante y, sobre todo, muy confusos por no poder recordar gran cosa de su existencia anterior.

    En cualquier caso, muy interesante!

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  14. Gracias, Distopía. Un placer que lo hayas leído.

    Es muy diferente a la GDM como apuntas, pero es el germen de ella, aunque el tono y estilo poco o nada tengan que ver.

    Un saludo.

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  15. Muy bueno el relato, Alejandro. El término neorralismo zombi le va que ni pintado. Crítica social, humor muy negro... me ha encantado. Me encanta eso de Ocaso y los vivos, las promociones de telefonía que no dejan en paz ni a los muertos, y los avatares del protagonista para no ir perdiendo parte de su cuerpo. Creo captar una metáfora subyacente sobre el comportamiento zombi de la sociedad, de la clase media, que me gusta mucho. Y esta frase me encanta "Le digo que lo tendré en cuenta y termino la llamada con un podrido Te quiero." Lo de un podrido te quiero es cojonudo... una imagen soberbia. Y ese final, agridulce, irónico, real: "Mañana será otro día, mañana habrá tiempo de poner la mejor sonrisa de muerto para decirle a Elena que me he quedado en el paro."
    En definitiva, que a mi, pese a encontrarlo muy diferente de la GDM, me ha gustado mucho. Me encantaría leer mas cosas en el género Z en esta línea.

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  16. Vaya sorpresa!! Había oido hablar de este relato, pero no sabía que lo tenías aquí colgado. Después de leerlo se ve claramente el germen de la GDM, en otro tono claro está, pero GDM en esencia. Me ha resultado muy divertido y con una buena dosis de ironía como a mi me gusta. Un pequeño texto que me reafirma como seguidor Castrogueriano.

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