Al día de hoy le han injertado
una hora a las tres de la madrugada. Con premeditación y alevosía. Sesenta minutos
añadidos que van a descabalgar las rutinas y a provocar el tropiezo de nuestros
planes. Alborea el 30 de octubre, último domingo del mes, frontera entre el
antiguo horario de verano y el renacido de invierno.
Despierto demasiado
pronto, tanto que es inconfesable. Como no hay mal que por bien no venga,
aprovecho para trabajar alguna de las directrices y dobles y triples capas de
lectura que llevará sembradas la nueva novela. (...)
En un receso del
trabajo, que potencio escuchando el disco de Alberto Vilas “Crónica cromática”,
sucede el milagro. Para desintoxicarme de mi propio estilo literario, estoy
releyendo el inicio de “El arpa de hierba” de Truman Capote. Y es justo cuando Dolly
Talbo dice aquello de “Es el arpa de hierba, que siempre nos cuenta algo nuevo…
Lo sabe todo de la gente de la colina, de los que vivieron antes aquí. Y cuando
nosotros estemos muertos, también contará nuestra historia”, la música de Vilas
sueña una melodía que iguala en lirismo a la novela. La pieza se llama “Da man
do vento”.
El viento sacudiendo
las letras y los acordes. El viento como chamán del instante más mágico de este
día de veinticinco horas y cojitrancas rutinas.
- - - - -
Para comprar el disco de Alberto Vilas, aquí tenéis el siguiente enlace: http://albertovilasquintet.wixsite.com/albertovilas/shop
- - - - -
Para comprar el disco de Alberto Vilas, aquí tenéis el siguiente enlace: http://albertovilasquintet.wixsite.com/albertovilas/shop
Creo que vamos a hablar mucho mientras espero por el nuevo disco de Vilas al que pondré imágenes.
ResponderEliminarOjalá estas charlas tengan su fruto, Condado.
ResponderEliminar