Blog personal de Alejandro Castroguer

En este blog podrás estar al tanto de las noticias que generen las novelas "GLENN" (Premio Jaén de Novela 2015), "LA GUERRA DE LA DOBLE MUERTE", "EL ÚLTIMO REFUGIO", "EL MANANTIAL" y "HOLMES Y EL CASO DE LOS OCHO ESTÓMAGOS", y las antologías "Vintage'62: Marilyn y otros monstruos" y "Vintage'63: J.F.K. y otros monstruos" entre otras. Además, es lugar de encuentro para amantes del cine, la literatura, la buena música y las aventuras del Rey Mono.

martes, 3 de enero de 2017

Mojave, de Truman Capote


Publicado por la revista Esquire en 1975, MOJAVE es uno de los últimos cuentos de Truman Capote (1924-1984). No me atrevería a decir que es uno de los más pesimistas, pero rondará cerca de tan dudoso honor. En apenas treinta páginas radiografía el desecanto, el desamor.

(Pese a no desvelar lo realmente sustantivo del relato, advierto al visitante de esta Casa Deshabitada que el texto que sigue da cuenta de ciertos detalles que, tal vez, no quiera conocer antes de afrontar la lectura virgen del mismo.)

Sarah, nombrada "ella" en buena parte de la narración, se debate entre el temor y el amor que profesa a su marido, George, y la tranquilidad y cierto desisnterés que vuelca sobre la figura de su amante, el doctor Bentsen, que por su parte discute y hasta golpea en más de una ocasión a Thelma, su esposa. Con todo, y pese a la zozobra que la agobia, al poco del comienzo "ella" tiene que consolar a su peluquero, Jaime Sánchez, que se tambalea emocionalmente después de que su actual amante le haya informado que desea casarse con una vieja amiga. 

Capote, que no da tregua al lector, permite que el piso donde Sarah se encuentra con el doctor Bentsen sea el mismo que el que un primo de "ella" frecuenta con idéntico objetivo: revolcarse con su amante y secretaria, una japonesa gorda. El autor de "A sangre fría", decidido a escarbar el ánimo de quien lee, añade una gran tragedia a la sucesión de pequeñas derrotas que acorralan a la protagonista: el padre de "ella" se suicidó sin razón aparente. Es por eso, a modo de redención, que Sarah se casó con George, su marido; se parecía y comportaba como el difunto. 

Todo sucede a la velocidad de los párrafos, del drama que soterra los buenos cuentos. En el ánimo de "ella" pesa todo lo vivido y/o contado, tanto que esa noche decide, de común acuerdo con su marido, rechazar la invitación de unos amigos a cenar en su casa. Es el momento culmen, la revelación definitiva: George cuenta la historia que conoció mientras cruzaba el desierto de Mojave. La historia de Ivory Hunter. 



El resto de lo que queda de MOJAVE está en manos del lector. Al Habitante Incierto de esta Casa Deshabitada le bastará con haber despertado la curiosidad de tan solo uno de los visitantes. Con uno, nada más con uno, se dará por contento.

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