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Muchacha ofreciendo una flor a los soldados, de Marc Riboud (año 1967) |
Os dejo otro de los textos que componen ese diario que estoy escribiendo y que en el futuro, Cthulhu me oiga, espero ver publicado. Es la entrada nº...
251.Lo intento, porfío, y pese a ello muchas veces fracaso en el empeño. Seguramente porque aún no me he librado de todo el peso del egoísmo, ése que lleva mi nombre y apellidos. Pero es tan gratificante amar a los demás, que me parece una pérdida de tiempo odiar y odiar con tanta maña, con tanta puntería. El amor no precisa de dianas ni de miras telescópicas: es un arma tan eficaz que no entiende de estrategias. Combatir con amor todo lo que para otros es, suena y sabe a odio, no se me ocurre mejor disidencia en mitad de este mundo que se cuela por el sumidero.
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