TÍTULO: El ilusionista
TÍTULO ORIGINAL: L'illusionniste
DIRECTOR: Sylvain Chomet
AÑO: 2010
DURACIÓN: 76 min.
GUIÓN: Sylvain Chomet, Jacques Tati
MÚSICA: Sylvain Chomet
SINOPSIS (extraída de FilmAffinity): Cuenta la historia de un viejo mago que trata de no defraudar a una niña convencida de que sus trucos de magia son reales. Segunda película del director de "Bienvenidos a Belleville", basada en un guión de Jacques Tati que nunca fue producido.
El ilusionista en una de sus actuaciones |
Esta reseña debería decírtela al oído, muy bajito, o que la leyeras a la luz de una vela, o oscuras, más que nada para ir en consonancia con el espíritu de la obra. Tenlo en cuenta. Deten tu vida y regálate estos minutos. O mejor aún, regálate un pase de El ilusionista. No se me ocurre película más otoñal que esta, más apropiada para este noviembre lluvioso. Encierra una historia de una tristeza hermosa.
Aunque Sylvain Chomet diga en un tramo de la película que "los magos no existen", Jacques Tati y el propio Chomet se desvelan como dos magos consumados. La preparación en este número mágico cinematográfico lo es todo: las luces son tenues, los colores cálidos y la historia, un caramelo que ha de ser degustado casi en silencio. Porque todo sucederá con la tranquilidad de un domingo interminable, de un atardecer. No hay más sobresaltos que los impuestos por la walkyria que se desgañita en una fiesta al aire libre o el ritmo de The Britoons. La música del propio Chomet acompaña, subraya, sombrea de manera elegante esta obra.
Escuchad esta pieza, la final, de una belleza incomparable.
Avalan el acierto de la propuesta la cantidad de nominaciones y premios recibidos entre 2010 y 2011, casi tantos como minutos tiene la obra. A saber: fue nominada a la Mejor película de animación en los Óscar de Hollywood, y en la misma modalidad en los Premios Cesar, Premios del Cine Europeo, Globos de Oro, Satellite Awards y por la Asociación de Críticos de Los Angeles, entre otros muchos. Sería largo y prolijo listarlos todos.
Escuchad esta pieza, la final, de una belleza incomparable.
Avalan el acierto de la propuesta la cantidad de nominaciones y premios recibidos entre 2010 y 2011, casi tantos como minutos tiene la obra. A saber: fue nominada a la Mejor película de animación en los Óscar de Hollywood, y en la misma modalidad en los Premios Cesar, Premios del Cine Europeo, Globos de Oro, Satellite Awards y por la Asociación de Críticos de Los Angeles, entre otros muchos. Sería largo y prolijo listarlos todos.
La película comienza en blanco y negro para dejar paso rápidamente al color, tan pronto como aparecen los títulos de créditos. El ilusionista, Tatischeff, viste un traje burdeos, algo corto para su elevada estatura. Por los puños de la chaqueta asoman los de la camisa blanca, y por los bajos de pantalón se dejan ver unos calcetines naranjas, que hacen juego con la pajarita, del mismo color. Basta con verle la cara, esas ojeras y esa caída de ojos, basta con escucharle hablar en voz baja u observar como se mueve con mesura, para advertir que Tatischeff esconde un drama. Sin embargo Chomet no incide en él, lo deja en interrogante (quien haya visto la película sabrá si se desvela o no).
Cansado de bregar con grupos adorados por miles de adolescentes (llámese The Britoons) y con teatros medio vacíos, emprende un periplo que le lleva a Escocia, a Edimburgo. El nudo de la obra se plantea con la aparición de Alice, una muchachita que limpia la casa donde se aloja durante unos días. Acaso deslumbrada por los trucos del ilusionista o hastiada de la vida que lleva, dedice seguir a escondidas a Tatischeff.
Destacar el especial color de los paisajes, de las calles, el cuidado en los escanarios, en el juego de luces. Verdaderamente la obra respira amor por el trabajo bien hecho por los cuatro costados. El director pone especial énfasis en retratar la ciudad de Edimburgo: sus calles, sus edificios más significativos, el tráfico que no cesa. El ilusionista fue estrenada en Francia el 16 de junio de 2010 en 84 salas de cine, recaudando 600 mil dólares en su primer fin de semana.19 Hacia diciembre de 2011, la película ha recaudado más de 5,5 millones de dólares a lo largo del mundo.
Para acabar, advertir a los que aún no la habéis visto que os fijéis en el momento en que el protagonista entra en la sala de cine y, cómo no, en el maravilloso último minuto. No añado nada más para que los disfrutéis.
Esta es mi recomendación para el mes de noviembre. Una verdadera joya del cine de animación.
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