Vaya por delante que estas jornadas del Viaje al Oeste contienen spoliers.
CAPÍTULO LXXIX
TRATANDO DE HALLAR LA CAVERNA DEL MONSTRUO, SE ENCUENTRA CON
VIDA PERDURABLE. EL AUTÉNTICO SOBERANO CONTEMPLA A LOS NIÑOS
El falso Tripitaka se ofrece al Rey Bhiksu. Decidido a seguir con la farsa, se abre el pecho en busca de un corazón negro, pues esa y no otra es la petición del monarca. Sin embargo encontrará otros muchos, de distintos colores y condición, para asombro de todos.
Después de una breve lucha, el taoísta huye con su hija y esposa del rey. En compañia de Ba-Chie, el Rey Mono viaja hasta la Caverna de la Perfecta Floración en busca de los fugados. Una vez vencido, se demuestra que el monje taoísta, en realidad, es un ciervo blanco propiedad de la Anciana Estrella del Polo Sur, y la hija, una zorra de rostro blanco.
CAPÍTULO LXXX
LA DONCELLA BUSCA PAREJA PARA ALIMENTAR SU YANG. AL PROTEGER
AL MAESTRO, EL MONO DE LA MENTE SE TOPA CON UN MONSTRUO
Tras el regreso de los niños, los viajeros continúan camino. En un bosque especialmente frondoso encuentran, enterrada medio cuerpo y atada a un árbol, a una muchacha de excepcional belleza. El Rey Mono se niega a liberarla aduciendo que oculta en su interior a un monstruo.
Tripitaka decide hacer caso omiso y ordena que la liberen, aun cuando su compañía pueda relentizar la marcha del grupo, como así sucede.
Unos kilómetros más adelante los peregrinos se topan con el Monasterio del Zen Purificador de los Mares.
CAPÍTULO LXXXI
EL MONO DE LA MENTE DESENMASCARA AL MONSTRUO EN EL
MONASTERIO PURIFICADOR DE LOS MARES. LOS TRES DISCÍPULOS
BUSCAN AL MAESTRO EN EL BOSQUE DE PINOS
Tripitaka
cae gravemente enfermo, tan enfermo que se plantea abandonar el viaje.
Por si no fuera bastante desgracia, durante los tres días de
convalecencia han desaparecido seis hermanos del monasterio.
Transformado en un lama de doce años, Wu-Kung se decide a atrapar al
monstruo culpable de todo.
Lo
encuentra bajo la forma de una muchacha de gran belleza (aquella que
rescataron medio enterrada en un bosque ya dejado atrás). Pero escapa,
llevándose consigo al monje Tang al Monte Atrapador del Vacío, a la
Caverna sin Fondo. Hasta allí habrá de viajar Wu-Kung si quiere rescatar
a su maestro.
CAPÍTULO LXXXII
LA MUCHACHA BUSCA CON EMPEÑO EL YANG. EL ESPÍRITU PROTEGE EL TAO
Bajo
el disfraz de una mosca, Wu-Kung se introduce en la cueva. Entre tanto,
la monstruo prepara un banquete después del cual desposarse con el
monje Tang y posteriomente copular con él.
Después
de un intento nulo, el Rey Mono consigue colarse dentro del cuerpo de
su rival adoptando la forma del melocotón que Tripitaka le ofrece.
CAPÍTULO LXXXIII
EL MONO DE LA MENTE DESCUBRE LA FUENTE DEL ELIXIR.
LA MUCHACHA RECOBRA SU AUTÉNTICA NATURALEZA
Tras
liberar al maestro, Wu-Kung inicia el combate con la monstruo, quien en
un descuido corre a esconderse en la Caverna sin Fondo con Tripitaka.
Aunque el Rey Mono no pierde apenas tiempo, cuando llega encuentra la
cueva vacía. Únicamente halla unas pruebas sobre la filiación de su
enemiga: es hija del Devaraja Li y hermana del Príncipe Nata.
Es
por ello que viaja hasta el Palacio de la Luz Perfecta para presentar
una queja ante el Emperador de Jade. Allí descubrirá que la monstruo se
llama en realidad la Dama que Corre Por la Tierra.
CAPÍTULO LXXXIV
EVITAR QUE LOS MONJES ALCANCEN LA SUPREMA ILUMINACIÓN ES UNA
TAREA IMPOSIBLE. UNA VEZ QUE EL DHARMA HA ALCANZADO LA PERFECCIÓN,
SU CUERPO RECOBRA LAS CUALIDADES QUE ANTAÑO LE ADORNARON
Reanudado
el viaje, la Bodhisatva Kwang-Ing les avisa de la peligrosidad del
Reino Destructor de Dharma. En él gobierna un rey que se ufana en matar a
todos los monjes que pasan por allí. El cuarteto, que decide atravesar
la capital valiéndose de disfraces, se hospeda en la Posada de la Viuda
Chao.
Tan pronto como se ven en un apuro, el Rey Mono se las ingenia para, por medio de sus artes, cortar el pelo de todos los habitantes de la ciudad. De este modo, será imposible distinguir quiénes son monjes y quiénes no.
Tan pronto como se ven en un apuro, el Rey Mono se las ingenia para, por medio de sus artes, cortar el pelo de todos los habitantes de la ciudad. De este modo, será imposible distinguir quiénes son monjes y quiénes no.
CAPÍTULO LXXXV
EL MONO DE LA MENTE ENVIDIA A LA MADRE MADERA.
EL DEMONIO URDE UN PLAN PARA DEVORAR EL ZEN
Después
de que el monarca les deje marchar y proceder al cambio del nombre del
reino por el de Reino Respetuoso del Dharma, el grupo sigue camino. En
una montaña cercana, Ba-Chie se enfrenta a un nuevo monstruo, el
énesimo, y le derrota.
El demonio, sin embargo, se rehace y atrapa con sus artimañas al monje Tang.
El demonio, sin embargo, se rehace y atrapa con sus artimañas al monje Tang.
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