Título: El legado del Oso
Autor: Fernando López del Oso
Año: 2020
Editorial: Editorial Luciérnaga
Páginas: 381
Autor: Fernando López del Oso
Año: 2020
Editorial: Editorial Luciérnaga
Páginas: 381
Sinopsis: El hijo del doctor Fernando Jiménez del Oso, un joven escritor, recibe el encargo de una editorial para escribir un libro sobre su padre.
Serán grandes amigos y colaboradores de su padre los que ayudarán a Fernando López del Oso a construir ese puzle complejo. Juan José Benítez, Nacho Ares, Lorenzo Fernández Bueno, David Sentinella, Jesús Callejo y Silvia Casasola, Juan Ignacio Cuesta, Pedro Amorós y Javier Sierra desvelarán las piezas secretas y los enigmas más apasionantes en torno al conocido doctor Jiménez del Oso.
Con su ayuda descubriremos que el fenómeno ovni, la parapsicología, el espiritismo, los enigmas de Egipto y de las culturas americanas, de la Isla de Pascua y de Mohenjo Dahro, los misterios de la mente humana... todos confluyen en un punto, en el espacio y en el tiempo, que cambiará para siempre nuestra manera de ver la realidad que nos rodea.
Serán grandes amigos y colaboradores de su padre los que ayudarán a Fernando López del Oso a construir ese puzle complejo. Juan José Benítez, Nacho Ares, Lorenzo Fernández Bueno, David Sentinella, Jesús Callejo y Silvia Casasola, Juan Ignacio Cuesta, Pedro Amorós y Javier Sierra desvelarán las piezas secretas y los enigmas más apasionantes en torno al conocido doctor Jiménez del Oso.
Con su ayuda descubriremos que el fenómeno ovni, la parapsicología, el espiritismo, los enigmas de Egipto y de las culturas americanas, de la Isla de Pascua y de Mohenjo Dahro, los misterios de la mente humana... todos confluyen en un punto, en el espacio y en el tiempo, que cambiará para siempre nuestra manera de ver la realidad que nos rodea.
No me cabe ninguna duda de que ni un solo lector
leerá el mismo libro que el autor habrá leído no pocas veces, porque él lo
soñó, lo cuadriculó, lo amasó y escribió y revisó durante años, lo vivió como
parte de sí mismo. Así pues, la lectura que haya hecho Fernando, su autor, es
completamente diferente de la que podamos hacer los lectores, ni mejor ni peor,
diferente. Nosotros nos dejaremos arrastrar por una fuerza, la suya, que nos
guiará, nos iluminará, nos mostrará la senda, el camino, mientras que él le
movía la fuerza motriz de los recuerdos. Gracias a ello, conoceremos más en
profundidad a su padre, el célebre investigador y psiquiatra Fernando Jiménez del
Oso. No me cabe ninguna duda de que Fernando ha empleado bien el tiempo y que
el camino que habremos de recorrer cada uno de nosotros cuando este libro caiga
en nuestras manos, él lo ha hecho y rehecho, del derecho y del revés, en busca
de esa verdad, de ese Gran Enigma con el que le reta su padre al inicio del
mismo. Todo surge de una propuesta editorial: con motivo de la reedición de los
escritos de Del oso, a Fernando hijo le han encargado una suerte de homenaje
que será el complemento, llámalo término, de dicha colección.
Conociendo como conozco al autor (desde nuestra
colaboración en “Vintage 62: Marilyn y otros monstruos”), sé que se resistió con
todas sus fuerzas, porque de alguna manera contravenía su propio devenir como
escritor; él, que tanto ha luchado por hacerse un hueco y hallar una voz propia
lejos de la órbita paterna, ahora tenía una oferta prácticamente irrechazable
para hablar de los méritos y la carrera de otro, y que éste fuese su padre lo
hacía doblemente doloso (no descubro ninguna interioridad porque así está contado
en la obra). Sobre todo porque el legado narrativo de ficción López del Oso,
léase “El templo de la luna” (Premio Minotauro), “Yeti” y “Asesino de
políticos”, merecería otra suerte de la que en puridad le ha tocado.
Lejos de las reticencias iniciales, Fernando
aceptó, de una parte el reto de la editorial y, de otra, el que le lanzaba su
padre cuando le habló del Gran Enigma, de la Gran Búsqueda que él había
emprendido mucho antes de que él, su hijo, naciese y que al fin, y al parecer, había concluido.
Tal vez, Fernando padre tenía la certeza de haberse acercado a ella, de haberla rozado, tal
vez; pero en todo caso, no se la iba a brindar en bandeja de plata a su vástago.
“¿Y tú qué piensas?” es casi una pregunta recurrente en este libro. “Nunca habíamos vivido juntos. Era la
nuestra una relación atómica: un núcleo denso y sustancioso pero también con
enormes vacíos. Y yo orbitando a su alrededor” escribe el autor en el
Capítulo 1. Y es que detrás de esta y otras confesiones, palpita el herida de la
separación: el padre siempre trabajaba, ya fuese en la consulta de psiquiatría
o viajando de aquí para allá con motivo de su labor divulgativa. Y se percibe
ese dolor en el niño que requiere una mayor presencia paterna en su quehacer
diario.
Con la inestimable ayuda de algunos amigos y
colaboradores de los distintos programas de radio y televisión en que
intervino, con la guía de Juan José
Benítez, Nacho Ares, Lorenzo Fernández Bueno, David Sentinella, Jesús Callejo y
Silvia Casasola, Juan Ignacio Cuesta, Pedro Amorós y Javier Sierra, el hijo
camina tras los pasos del padre en busca de los mismos misterios que
inquietaron a aquél, ya sean estos el fenómeno ovni, las raíces de las culturas
antiguas, las sicofonías, la bilocación, las experiencias cercanas a la muerte,
los fantasmas, la vida más allá de la vida, etc.
Sin
destripar nada sustantivo, he de advertir que el legado al que se refiere el
título se hace más presente, arroja más luces que sombras conforme avanzan los
capítulos y las entrevistas, y Fernando reconoce (reconocer de volver a
conocer) a su padre a través de los ojos y sentimientos y vivencias compartidas
con amigos, colaboradores y discípulos. Hasta que al final, Fernando es capaz
de, al mismo tiempo que responde satisfactoriamente al encargo, responder la
pregunta que le planteaba su progenitor al inicio del camino. Tal vez la
Respuesta al Gran Enigma sea una nueva pregunta, o la misma búsqueda de esa
Respuesta, o la certeza de que no puede haber ninguna certeza porque todas
superan nuestras limitadas virtudes humanas. Tal vez.
Lo mismo
que la rosa del Principito para unos representa la vanidad, para otros el amor
verdadero y para otros terceros la solidaridad, la respuesta que ofrece
Fernando a su padre no tiene por qué ser la única, sino una posibilidad más
entre al menos varias. Pero es su respuesta, toda una declaración, la
sinceridad desnuda de unos sentimientos que al autor le habrá costado horrores
desnudar capítulo a capítulo. Sea como fuere, una rosa siempre es una rosa, y
una respuesta una respuesta. Y cada uno tiene una. ¿Y tú, amable lector, qué
piensas?
Un libro
indispensable para todo el que quiera conocer parte de la humanidad que latía
en el célebre divulgador y para todos los lectores que se sientan
identificados con la más apasionante de las búsquedas. También para todos los
hijos que ahora somos padres de futuros padres.
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