Título: Un verano infinito
Título Original: An Infinite Summer
Autor: Christopher Priest
Año: 1976-1979
Páginas: 226 páginas
Editorial: Minotauro
Encuadernación: Tapa blanda
En la contraportada se lee lo siguiente: Christopher Priest nació en Cheshire en 1943, y es hoy considerado como uno de los más interesantes escritores ingleses (sin distinción de géneros) de esta última década. En 1970 publicó su primer libro, Indoctrinario, al que siguieron Fuga para una isla (1972), Un mundo invertido (1974), La máquina del espacio (1976), A dream of Wessex (1977) y The Affirmation (1980), nominado para el Booker Prize como uno de los mejores libros del año. Un verano infinito reúne las novelas cortas y cuentos -alucinatorios, elegíacos, a veces terroríficos- publicados entre 1976 y 1979. La obra de Priest ha sido comparada con la de H. G. Wells, Thomas Hardy, A. E. Coppard y Walter de la Mare.
Christopher Priest es un autor consolidado que en los últimos ha adquirido gran notoriedad gracias a la adaptación cinematográfica de El prestigio, que en la gran pantalla se llamó El truco final (del año 2006) dirigida por Christopher Nolan y protagonizada por Christian Bale and Hugh Jackman. En diversas ocasiones ha utilizado pseudónimos, John Luther Novak y Colin Wedgelock. Además del libro que nos reúne en esta Octava Noche, es autor de los siguientes títulos:
Fuga para una isla, El glamour, El mundo invertido, El prestigio, El último día de la guerra, Experiencias Extremas, S.A., Indoctrinario, La afirmación, La máquina espacial y Sueño programado.
Este volumen se componen de los siguientes relatos y/o novelas cortas:
«Un verano infinito» («An Infinite Summer») del año 1976
«Rameras» («Whores») de 1978
«Vagabundeos pálidos» («Palely Loitering») de 1979, obtuvo el Primer Premio del British Science Fiction 1980 y el Segundo del Hugo 1980
«La negación» («The Negation») de 1978
«El observado» («The Watched») de 1978, obtuvo el Segundo Premio del Hugo 1979
En todo el libro se advierte un estilo elegante, natural pero muy bien escrito que lo diferencia de la mayoría de la literatura del género SciFi, más atenta a contar historias que en el detalle de cómo contarlas. En todos y cada uno de los cuentos que componen este volumen he obtenido esta misma impresión. Así que me ha resultado un auténtico placer andar estos días entre sus páginas.
Relato a relato, una breve reseña:
«Un verano infinito» Alterna la infancia del protagonista en 1905 con su madurez en 1940, en plena Segunda Guerra Mundial. El nudo del relato está en la figura de los congeladores.
«Rameras» El protagonista aprovecha una baja para visitar una isla en la que conoció a cierta mujer, una ramera, que le marcó. La enfermedad que padece no le dejará ver las cosas tal como son.
«Vagabundeos pálidos» Quizá juegue en su contra el hecho de que es una típica historia de amor y la posibilidad de cambiarla con una suerte de máquina del tiempo. Pero la novedad es el Canal Magnético y los tres Puentes, de vagas referencias dickensianas: el Puente del ayer, el Puente del Hoy y el Puente del Mañana.
«La negación» En una sociedad, no se sabe si futura o pasada, hay una guerra que divide a un país y un Muro que es eternamente vigilado. Uno de los vigías lee un libro "La afirmación" y queda profundamente impresionado.
«El observado» Todo es susceptible de ser observado, sobre todo cuando el método es tan microscópico como las escintilas. ¿Hasta dónde se puede llegar para mantener la seguridad de un estado?
En definitiva, mi absoluta recomendación. Seguro que quien no busque sólo acción y aparatosos chlichés de SciFi, disfrutará al cien por cien de estos cinco relatos. Por su incierto aire, destacaría "La negación".
Título Original: An Infinite Summer
Autor: Christopher Priest
Año: 1976-1979
Páginas: 226 páginas
Editorial: Minotauro
Encuadernación: Tapa blanda
En la contraportada se lee lo siguiente: Christopher Priest nació en Cheshire en 1943, y es hoy considerado como uno de los más interesantes escritores ingleses (sin distinción de géneros) de esta última década. En 1970 publicó su primer libro, Indoctrinario, al que siguieron Fuga para una isla (1972), Un mundo invertido (1974), La máquina del espacio (1976), A dream of Wessex (1977) y The Affirmation (1980), nominado para el Booker Prize como uno de los mejores libros del año. Un verano infinito reúne las novelas cortas y cuentos -alucinatorios, elegíacos, a veces terroríficos- publicados entre 1976 y 1979. La obra de Priest ha sido comparada con la de H. G. Wells, Thomas Hardy, A. E. Coppard y Walter de la Mare.
Christopher Priest es un autor consolidado que en los últimos ha adquirido gran notoriedad gracias a la adaptación cinematográfica de El prestigio, que en la gran pantalla se llamó El truco final (del año 2006) dirigida por Christopher Nolan y protagonizada por Christian Bale and Hugh Jackman. En diversas ocasiones ha utilizado pseudónimos, John Luther Novak y Colin Wedgelock. Además del libro que nos reúne en esta Octava Noche, es autor de los siguientes títulos:
Fuga para una isla, El glamour, El mundo invertido, El prestigio, El último día de la guerra, Experiencias Extremas, S.A., Indoctrinario, La afirmación, La máquina espacial y Sueño programado.
Este volumen se componen de los siguientes relatos y/o novelas cortas:
«Un verano infinito» («An Infinite Summer») del año 1976
«Rameras» («Whores») de 1978
«Vagabundeos pálidos» («Palely Loitering») de 1979, obtuvo el Primer Premio del British Science Fiction 1980 y el Segundo del Hugo 1980
«La negación» («The Negation») de 1978
«El observado» («The Watched») de 1978, obtuvo el Segundo Premio del Hugo 1979
En todo el libro se advierte un estilo elegante, natural pero muy bien escrito que lo diferencia de la mayoría de la literatura del género SciFi, más atenta a contar historias que en el detalle de cómo contarlas. En todos y cada uno de los cuentos que componen este volumen he obtenido esta misma impresión. Así que me ha resultado un auténtico placer andar estos días entre sus páginas.
Relato a relato, una breve reseña:
«Un verano infinito» Alterna la infancia del protagonista en 1905 con su madurez en 1940, en plena Segunda Guerra Mundial. El nudo del relato está en la figura de los congeladores.
«Rameras» El protagonista aprovecha una baja para visitar una isla en la que conoció a cierta mujer, una ramera, que le marcó. La enfermedad que padece no le dejará ver las cosas tal como son.
«Vagabundeos pálidos» Quizá juegue en su contra el hecho de que es una típica historia de amor y la posibilidad de cambiarla con una suerte de máquina del tiempo. Pero la novedad es el Canal Magnético y los tres Puentes, de vagas referencias dickensianas: el Puente del ayer, el Puente del Hoy y el Puente del Mañana.
«La negación» En una sociedad, no se sabe si futura o pasada, hay una guerra que divide a un país y un Muro que es eternamente vigilado. Uno de los vigías lee un libro "La afirmación" y queda profundamente impresionado.
«El observado» Todo es susceptible de ser observado, sobre todo cuando el método es tan microscópico como las escintilas. ¿Hasta dónde se puede llegar para mantener la seguridad de un estado?
En definitiva, mi absoluta recomendación. Seguro que quien no busque sólo acción y aparatosos chlichés de SciFi, disfrutará al cien por cien de estos cinco relatos. Por su incierto aire, destacaría "La negación".
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