Navegando sin rumbo por internet, me tropiezo con estas palabras de Joan Margarit, Premio Nacional de Poesía 2007. En ellas, el poeta habla de música, poesía y recuerdos, y, de paso, de Glenn Gould. Os las copio:
La música y la poesía son, después de las personas a las que amo, mis
principales recursos de equilibrio interior. Por ejemplo, después de la
muerte de mi hija, lo que más me acerca a su invisible presencia son
algunas piezas de música, concretamente de Bach: las suites de
violoncelo, sobre todo interpretadsa por Lluís Claret, y las Goldberg
Variations o las English Suites, sobre todo interpretadas por Glenn
Gould.
Ahora os dejo el poema que Joan Margarit escribió sobre el pianista canadiense, que a la postre terminaría siendo protagonista de mi novela. Dice así:
Glenn Gould: la despedida
Sus manos en el espejo
del Steinway continuan
tocando y él ya no está.
Canturrea todavía
como una lechuza en la noche.
Bach ya nunca será igual.
Hoy, en una limousine
con cormados del olvido,
pasa entre bosques nevados
el ataúd de su música.
Un Steinway en la niebla
hoy suena sin su pianista:
la muerte, en el crematorio,
de pie en el césped negruzco,
de frac y con ojos turbios,
escucha las "Suites inglesas".
Glenn Gould: la despedida
Sus manos en el espejo
del Steinway continuan
tocando y él ya no está.
Canturrea todavía
como una lechuza en la noche.
Bach ya nunca será igual.
Hoy, en una limousine
con cormados del olvido,
pasa entre bosques nevados
el ataúd de su música.
Un Steinway en la niebla
hoy suena sin su pianista:
la muerte, en el crematorio,
de pie en el césped negruzco,
de frac y con ojos turbios,
escucha las "Suites inglesas".
Muy, muy emotivo. Desde la contención, además.
ResponderEliminarSaludos.
Celebro que te haya gustado el poema de Margarit.
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