Título: PROSPECT PARK
Autor: Hilario Barrero
Editorial: Renacimiento
Año: 2019
Páginas: 241
Extracto del texto de la contraportada, que firma José Luis García Martín: "Buena parte del atractivo de los diarios de Hilario Barrero tiene que ver con el escenario en que transcurre la vida cotidiana del autor, Brooklyn, ese distrito de Nueva York que es un mundo en sí mismo, o mejor, una colección de mundos. Y nadie como el poeta, traductor y fotógrafo Hilario Barrero para hacernos de guía en todos ellos. Brooklyn es el punto de partida y de llegada del continuo ir y venir de su autor. Son los suyos viajes en el espacio y en el tiempo, al Toledo de su infancia y a la España de hoy, a la música y a la literatura, al amor constante y al incansable ejercicio de la amistad."
Desde hace tiempo, el poeta y profesor Hilario Barrero nos
tiene tan acostumbrados a sus poemarios como a sus diarios, y casi con
metronómica frecuencia nos regala una nueva entrega de los mismos. En este ocasión se trata de los diarios correspondientes a los años 2014 y 2015. Otra vez aquí, igual que en diarios anteriores, Barrero se convierte en ese poeta que no
descansa, en ese escritor de cotidianeidades siempre alerta, en el fedatario perfecto de cuanto
ocurre a su alrededor. Nada escapa su lúcido y tierno análisis. Visiones, encuentros, texturas, despedidas, reflexiones vitales, olores y colores, sonidos, el mismo latido de la ciudad, el sueño de la naturaleza, la luz.
En las páginas de PROSPECT PARK el lector encontrará de todo, como en botica. En ellas, muerde el invierno con su heraldo más
feroz: “Hace tan frío que la sombra se congela en las aceras sobre la
armadura gris del sol.” Bajan tanto las temperaturas en Nueva York que
“El viento desnudo tiene miedo de doblar una esquina y morirse de
frío.” Ya sea con palabras, como en el caso de este diario, o con su
inefable cámara fotográfica, siempre hay un momento para retratar el
invierno de la manera más hermosa: “Una mañana, cuando el sol avanzó
entre las trincheras minadas y el agua supo que era agua, las campanas
de las viejas catedrales comenzaron a tocar a deshielo.”
Como
justo contrapeso a tanto mordisco gélido, era previsible que ardiese el más
cálido de los ungüentos, aunque para ello vayamos desnudos: “Amarse es
mirarse con la desnudez de la vida y el temor de la muerte”. Barrero
redobla la imagen muchas páginas más adelante: amar es “desnudarse del ruido
de la calle, entrar en el silencio de una alcoba y dejar la ropa a los
pies como animales desgastados”.
Entre
uno y otro, entre el frío y el amor, el invierno y el verano de la pasión,
fluye el curso del tiempo y su consecuencia. Para el poeta la vejez es “una
lluvia tenaz y avariciosa, va borrando, con su lengua de trapo, nuestras
miradas”. Recuerdo ahora la escena en el despacho donde uno hace o rectifica el testamento: “¡Hay que ver cómo pasa el tiempo!”, exclama ese abogado al
que se recurre cuando uno hace testamento y que más “parece un padre de
la Iglesia o un filósofo”. Y remata con un inevitable “Y parece que fue
ayer”. El paso del tiempo es ese abogado que “tacha en los testamentos
los nombres a los que queríamos recordar cuando nos muriéramos y que o
se han muerto ellos para siempre o se han perdido o se han olvidado de
nosotros”, “esos nombres que hace quince años eran parte de nuestras
vidas y ahora son una tachadura en una hoja de papel”.
Y como lenitivo a tanta vida y a tanta muerte, la música, no sólo la de los versos de otros poetas, sino la que duerme dentro de los instrumentos de una orquesta o la que despierta dentro de los viejos elepés y los nuevos cedés. Ahí están los más variados y preciados bálsamos: el “Concierto nº 5 para violín” y el “Cosi fan tutte” de con su sedoso terceto “Soave il vento” de W. A. Mozart; la retransmisión de “La Walkyria” de Richard Wagner desde Bayreuth; el “Concierto de chelo” y la “Sinfonía nº 7” de Antonin Dvorak; las “Sinfonía nº 3” y “Sinfonía nº 4” de Johannes Brahms; también la voz de Montserrat Caballé. Pero sobre todo late el amor a la obra de Johann Sebastian Bach: el amor, el paso del tiempo, todos los veranos y todos los inviernos dormidos en las Cantatas que escribió para la liturgia cristiana o en las suites de chelo que redactó para los músicos y oyentes del futuro.
PROSPECT PARK es un libro al que hay que dedicarle tiempo, y no porque sea abstruso o laberíntico; hay que sentarse con él como te sientas a ver la danza las palomas del parque o las carreras de un perro tras un palo, con todo el tiempo del mundo para, de este modo, acertar a ver toda esa claridad que amanece en cada uno de sus párrafos. En definitiva, lo nuevo de Hilario Barrero es un deleite para los sentidos, del que esta reseña es apenas un pálido reflejo.
A modo de despedida os dejo el párrafo final, así acaba la obra: "Unos petrados tardíos, como la ráfaga de una metralleta, resuenan en el silencio festivo de la madrugada. y el diarista, con esa sequedad y melancolía que da el champán, cierra su diario y se va a dormir, donde le espera el otro diario: pasión de vida."
Nos leemos en el siguiente poemario o diario del maestro Barrero. Hasta entonces.
Nos leemos en el siguiente poemario o diario del maestro Barrero. Hasta entonces.
Qué alegria querido Alejandro recibir esta sorpresa en forma de detallada y generosa
ResponderEliminarreseña que agradezco mucho. Un abrazo
Gracias a ti por escribir y describir tus vivencias de manera tan hermosa.
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