Domingo 31 de enero de 2010, 11:30 de la mañana
Puerta de Jerez, Sevilla
Es la parada que en Puerta de Jerez, a un paso de la mole del Hotel Alfonso XIII.
-¡Aquí, Judith! -grita Jonás.
Judith sortea un cadáver medio calcinado. La virulencia del fuego dificulta el reconocimiento. En esos terrones oscuros de carne y ropa es prácticamente indistinguible el uniforme de un policía, sino fuera por la porra a un costado y la cartuchera de la pistola al otro. Para su desesperación, el arma ha desaparecido.
El muchacho espera a Judith esgrimiendo una sonrisa de satisfacción. Con un simple golpe de cabeza la invita a mirar dentro del vehículo. Descubre el cadáver del taxista sentado frente al volante volcado sobre el asiento del copiloto. Desde fuera es arriesgado precisar qué ha podido suceder.
Jonás se retira. Judith golpea la ventanilla con el martillo, dos, tres veces, casi sin fuerzas, la muñeca incapaz de imprimir la fuerza necesaria para romperla al primer golpe. Al fin el cristal estalla en mil pedazos. Con la cabeza del martillo repasa todo el marco de la ventanilla, no ha de quedar ni una sola arista de vidrio.
Nada más asomar la cabeza la interpretación es bien sencilla, evidente, el borrón carmesí en el techo, la sien destrozada, una pasta de color salmón y restos de cabellos por todas partes, la mano izquierda laxa junto al costado, el dedo índice enganchado al gatillo. Es un animal negro, metálico, frío.
Rodea el coche y rompe la ventanilla del otro lado. Levanta el seguro y abre la puerta. El dedo está completamente rígido, fundido en el molde del rigor mortis. No quiere, pero ha de hacerlo. Fuerza el dedo girando sobre sí la pistola. Las falanges se retuercen hasta el extremo de lo imposible. Gracias a un último empujón, el chasquido estalla en mitad del silencio de la mañana. De seguida el dedo pierde rigidez y es fácil arrebatársela. Es bueno contar con la pistola, quién sabe cuándo la podrá necesitar. De manera que la guarda en el cinto.
Además el taxi tiene precisamente lo que buscaba, un cristal de seguridad entre los asientos delanteros y los traseros.
Errata en "Golpeo la ventanilla con el martilla" con martillo.
ResponderEliminarSe me ha hecho un poco corto, porque después de preparar durante todo el texto al lector, justo cuando empenden la marcha se corta. No sé si la siguiente será la continuación directa de éste.
Rectificada la errata, gracias Félix.
ResponderEliminarY eso que comentas es cierto, el capítulo sobrepasa las 3000 palabras y para no agobiar al personal lo he dividido en dos (ya sé que tú eres de los que quieres capítulos más largos). El viernes es justo justo la continuación.
Por cierto, ¿qué te pareció ese nuevo momento "gore"? ¿Se podría hacer más duro sin llegar a ser chabacano? A ver qué me dices.
Un saludo desde la GDM.
Un avance de los futuuros capítulos de la GDM, para poneros los dientes largos. El punto señala la división del capítulo en dos mitades:
ResponderEliminar11º “Escaleras abajo. Salvar el pellejo”
12º “Un trabajo demasiado rutinario. ¿Quién anda ahí?”
13º “Una canción. El instinto es un animal imprevisible”
14º “Escondido. El Estadio de La Rosaleda”.
15º “Olor a mar. La Ciudad Negra”
16º “Más de 39 escalones. Sangre en las ventanas”.
17º “Quiero más a papá. El tenedor”
hola Alejandro
ResponderEliminarAcabo de llegar y hoy me será imposible. Es hora de apagar el pc y ver una película con la familia.
Mañana seguro. He leído los títulos de las siguientes entradas y me atrae mucho el de “Más de 39 escalones. Sangre en las ventanas”. ¿puedes adelantar algo? ¿tiene algo que ver con la peli de Hitchcock?
El gore empleado me parece correcto y está contado con lenguaje poético. Ya sabes que así se pueden contar cosas que de otra forma no entrarían de igual forma.
ResponderEliminarLo típico de "La bala atravesó la cabeza, liberando en el aire una mezcla de sesos y sangre" o "La bala cruzó la cabeza, liberando una nube roja vaporizada". (Estoy describiendo una escena del Padrino, por cierto).
A mi me ha encantado,salvo por la leve sensacion de coitus interrumptus que he sentido al terminar de leer.Pero es logico que hayas cortado alli si la extension era tal como indicas.
ResponderEliminarEn cuanto al gore, creo que es el adecuado.Ni demasiado ligth ni excesivamente bizarro y grotesco. En su justa medida, dejando satisfecha nuestra faceta mas sangrienta sin llegar a ser chabacano.
Sigo pendiente y encantado con la lista de nuevos capitulos.
Un saludo.
Carro, eso de "Más de 39 escalones. Sangre en las ventanas" es una de las tantas referencias cinematográficas que pienso utilizar para enriquecer la GDM.
ResponderEliminar¿Adelantar? Hay supervivientes en un edificio alto de Málaga. Y es necesario para los zombies llegar arriba.
Gracias por tu apreciación, Félix, y por la referencia. Un saludo.
ResponderEliminarAthman, es por eso que digo, últimamente los capítulos salen más largos y prefiero dividir antes de subir un texto de más de 3000 palabras.
ResponderEliminarEspero que sepáis comprenderlo.
La lista de futuros capítulos está puesta para despertar la imaginación de los lectores como tú. Hay alguno que mola, a que sí.
Gracias.
Por fin volvió Judith, ya se le extrañaba.
ResponderEliminarLa escena que se suscita cerca y dentro del auto me ha chocado, porque a causa de los últimos acontecimientos sísmicos me encuentro un poco vulnerable a cualquier forma de violencia, ya sea proveniente de la naturaleza o del mismo ser humano. Imaginarme a ese policia con la mitad inferior del cuerpo derretida ha sido un poquito mortificante.
Sin embargo este capitulo me ha gustado mucho porque ha vuelto Judith. Además en la última parte se dice que hay cura para la infección. ¿Será verdad o sólo un invento de los vivos? Esa duda, además de la excelente prosa, es lo que me llevará a seguir leyendo los siguientes capitulos,
Saludos Alejandro
Mas tranquilo que otros capítulos, se agradece la pausa tras una semana pesada que me ha traído de cabeza y sin tiempo. El texto me ha resultado sosegado, aunque Judith es un personaje que me resulta particularmente indiferente.
ResponderEliminarRespecto a la infección, no entiendo la esperanza de los zombies. ¿Se trata de una cura a la vida? ¿Una cura al hambre? ¿? Vamos, si quieren dejar de ser zombies, dejarse matar de nuevo y santas pascuas.
Gracias Giancarlo. Lamento que la crudeza de algunos momentos haya podido herir tu sensibilidad, sobre todo después de lo ocurrido.
ResponderEliminarYa llegará el moemnto en que varios protagonistas se unan en un solo viaje.
Pues eres de las pocas a las que Judith deja indeferente. Verás que lidera la encuesta de personajes favoritas con amplia ventaja. Pero como se suele decir, para gustos los colores.
ResponderEliminarEl anhelo de los zombies (entiendo) es el mismo anhelo de los vivos, ser lo que no se es. Quiero conseguir que estos muertos estén más vivos que alguno de los vivos.
Gracias Errantus por la reflexión.
Bueno, el temita del taxi y demás me ha dado algo de asco, a la vez que me lo he pasado bomba con este relato. Otras cosillas que he leído por ahí de zombies tienen mucho gore, sangre, vísceras, etc., pero no me dicen nada, no siento casi nada al leerlas,es más de lo mismo.Lo de siempre. Pero con tu forma de escribir, ¡vaya, vaya! las sensaciones han sido bastantes, desde desagradables hasta emocionantes.
ResponderEliminarSigue así Alejandro.
Lo negativo: me ha parecido corto y has cortado en lo mejor.
Opino igual que Antonio Carro, la parte del taxi me ha dado un poco de repelús...aunque este capítulo me ha encantado (a pesar de ello), pues sale de nuevo Judith.
ResponderEliminarY también me ha parecido algo corto pero sabiendo que el próximo es la coninuación de éste...es un alivio pues lo has dejado en el mejor momento, en el más intrigante, saber a dónde quiere ir Judith...
Un saludo a todos.
Esta entrada (como ya han dicho otros seguidores) ha sido un magnífico preludio para lo que debe suceder a continuación, así que ya estoy deseando leer la entrada de mañana viernes.
ResponderEliminarCon respecto al tema de la crudeza, me parece que te manejas en la medida justa apoyado por una narratividad verdaderamente visual. Algunas metáforas son deslumbrantes convirtiendo la lectura en todo un placer.
He de confesar que no me gustan las explicaciones en el género zombi. Me viene a la memoria alguna novela malograda por el autor por el dichoso empecinamiento en ofrecer una explicación ("razonable"). Y si, por casualidad, la explicación tiene algo que ver con teología apocalíptica, el desastre alcanza proporciones mayúsculas.
ResponderEliminarEs simplemente mi opinión.
Además ... la idiosincrasia del género zombi (tanto cinematográfica como literariamente) es que un día los muertos se levantan y se meriendan a la Humanidad. Y punto.
Así que si no busco explicaciones cuando leo historias donde los zombis no pasan de ser devoradores estúpidos, tampoco pienso pedirlas ahora que demuestran ser inteligentes.
¿¿Desagradable y apasionante??, la verdad es que esta escena tiene algún detalle "duro", Antonio, te comprendo. Quise subir en ella algo el listón de la crudeza.
ResponderEliminarLo negativo lo anoto, ya lo habéis dicho varios, pero es que tampoco quiero abusar de la fidelidad lectora de todos vosotros. Creo que con entradas entre 1500 y 2000 palabras va bien servido.
Un saludo.
Te digo lo mismo que al anterior lector, Vanessa, que en realidad la quise hacer algo más dura, para contrastar con algunos capítulos anteriores.
ResponderEliminarEn cuanto a su longitud, lo dicho, si el relato es muy extenso prefiero dividirlo y presentarlo en dos mitades en una misma semana.
Gracias por tus palabras.
Me alegra descubrir que sigues ncontrando atractiva, Mil Noches, la dureza de algunos momentos. Me esmero en lo posible para ser duro y poético al mismo tiempo.
ResponderEliminarRespecto a eso que dices de las explicaciones de cómo surge el fenómeno zombi... recuerdo que en la película clásica de G.A.Romero no se aportan más datos que una simple radiación que resucita a los muertos. Como tú, yo estoy más por esta solución.
"... si no busco explicaciones cuando leo historias donde los zombis no pasan de ser devoradores estúpidos, tampoco pienso pedirlas ahora que demuestran ser inteligentes". Se dará alguna explicación, pero mínima y a lo mejor sesgada por la información/desinformación de los vivos.
Gracias por tu reflexión.
hmmm ¿la infección tiene cura? eso me parece a mi muy sospechoso... ¡joder que intriga!
ResponderEliminar¿Sospechoso? A ti te lo parece tanto como a mí, ¿no crees? ;) Hay que seguir con el suspense. GRACIAS.
ResponderEliminarP.D.- Por cierto, ya me he hecho seguidor de tu Blog "Cuentos del Barrio de la Putas" y lo he enlazado.
Gracias Alejandro, espero que disfrutes por allí leyendo, voy a leer un poquito más por aqui antes que lleguen los pintores y me roben todo mi tiempo.
ResponderEliminarDe nada, Félix. en cuanto me libere algo de la carga de escribir 4 ó 5 mil palabras a la semana para la GDM, echo un vistazo a ese Blog tuyo.
ResponderEliminarSaludos.