Domingo 13 de diciembre de 2009, las 21:05 de la noche
Calle Badalotosa, Sevilla.
El sonido es puro nervio. La tormenta de las guitarras eléctricas escarba con saña el oído y la embestida de la batería golpea el tímpano con la fuerza de un navío sin control, las oleadas de música contra el último farallón de la cordura. No hay dolor, solamente placer extremo, las notas rebotando de aquí para allá en el embarcadero de la cabeza. El óxido de la rutina salta por los aires con semejante demostración de fuerza. Primero se asoma a los labios y luego se desbarranca en busca de las piernas. De inmediato el ritmo contagia al pie, la puntera arriba y abajo. Entonces enferma el cuerpo de éxtasis y la pleamar de las emociones se mece al compás corpulento de Metallica.
La música contagia su fiereza a Fernando, tanto que dentro de ella es un hombre muy diferente al de la vida real, a ese trabajador gris apocado y sin más futuro que unas exangües vacaciones. Inmerso en la canción es alguien capaz de comerse el mundo a dentelladas y atacar cualquier problema con los chillidos de una guitarra eléctrica.
Enter Sandman como elixir de una vida que la rutina le ha arrebatado sin darse cuenta. Y ahora es imposible localizarla, por mucho que se empeñe. Nada más que unas migajas al calor de su pasión por el heavy. Valga el sucedáneo del tema de Metallica como catalizador del minúsculo milagro.
(Originalmente se publicó completo el capítulo. Ahora sólo es un extracto en espera de la publicación del libro)
Antes de nada, agradecer a Félix Royo el interés en este capítulo y la correción de algún que otro desliz. Así que GRACIAS.
ResponderEliminarEn otro orden de cosas, ¿sabéis distinguir qué personaje de los ya aparecidos es este Fernando? Espero que sí.
Gafotas, seguro. Ni muerto pudo escapar de su rutina.
ResponderEliminarYo también pienso que Fernando es gafotas, por cierto he descubierto un pequeño error de teclas, has puesto fororo del Sevilla.
ResponderEliminarForofo vale fororo no se lo que es.
Sigue así, esto está muy interesante.
Jajaja, Errantus, bingo. El gafotas de los batas blancas. Mejor definición del personaje imposible.
ResponderEliminarGracias Sharly, me alegra saber que se identifica al gafas de los batas blancas como este personaje. Creo que en la segunda parte del capítulo (la del viernes) queda también más claro.
ResponderEliminarY corrijo el error enseguida.
Me suena, me suena. :)
ResponderEliminarQuiero ver en qué queda el capítulo, para saber de la suerte de Fernando. ;)
Fer
Pobre gafotas, fóbico a la sangre. Mira que lo entiendo, más de una vez me ha pasado al ver las agujas lo que a él le pasa con la gota de sangre. Hasta después del apocalipsis es un tipo gris y apático. Hay personas que no saben funcionar de otra forma.
ResponderEliminarQue entrada tan bien detallada y descriptiva. Es increible como con un hecho que aparentemente resulta tan nimio como ese pequeño accidente laboral ( intuimos que sera mas bien trascendental para Fernando),consigues perfilar a la perfeccion la completa personalidad del personaje y dandonos una imagen clara y concisa de el..
ResponderEliminarMagnifico, amigo mio..
Fer, sólo son ya menos de dos días. Espero que te guste el desenlace.
ResponderEliminarIrakolvenik, ese es el pequeño/gran drama de nuestro "gafotas", que es casi tan gris vico como muerto. Y eso que se medica con un poco de "heavy". Gracias.
ResponderEliminarMe esforcé en iniciar el capítulo de foma diferente, con una referencia a Enter Sadman. Y dotar a Fernando de la personalidad necesaria para diferenciarlo del resto de protagonistas.
ResponderEliminarUn saludo, Athman, y felicidades atrasadas.
P.D.- Todavía queda decidir el nombre del Doctor, sí, el personaje misterioso que denominábamos Ahab. Ya os pondré las propuestas de los amigos lectores.
Coincido punto por punto con Athman. Vaya imaginación para ir contando cosas. Cosas que no son neutras sino definidoras del personaje. Seguro que con esa capacidad que tienes te moverás igual de bien por cualquier género que abordes.
ResponderEliminarEl comienzo no podría ser mejor, Metallica es para mí uno de los mejores grupos de trash metal o de rock simplemente, y qué bien describes la sensación que causa escuchar una canción como enter sandman. Y claro que se puede identificar a este personaje con claridad, es el bata blanca que ya había cobrado cierto protagonismo en algún capitulo anterior.
ResponderEliminarLas descripiciones muy buenas, como siempre, cada detalle da una idea acerca de cómo es el personaje en cuestión. La parte final me gustó mucho, cuando el compañero lo abraza por un gol que acaba de marcar su equipo. El mismo pensamiento que cruza la mente del personaje ha cruzado por mi mente infinidad de veces, una cosa de verdad muy absurda, pero no lo puedes decir con todas sus letras porque entonces te acusan de aguafiestas.
Saludos, Alejandro
Pues qué decir, Dadf, antes de nada que es un placer tenerte por aquí. Supongo que ya habrás ojeado los capótulos anteriores, y si no, pues tómate tu tiempo.
ResponderEliminar"Seguro que con esa capacidad que tienes te moverás igual de bien por cualquier género que abordes" >> Muchas gracias por la lectura y tus comentarios.
Me alegra que te guste Metallica, Giancarlo. La verdad es me empeñé en exprimir la música escuchándola varias veces, una tras otra. Creo que lo he conseguido en parte.
ResponderEliminarY eso que dices, Giancarlo, la verdad es que Fernando y su compañero son muy diferentes, uno introvertido y el otro todo lo contrario, uno un tipo metódico en el trabajo y el otro un desastre.
Mañana viernes el desenlace.
Me ha gustado mucho este capitulo y ciertamente el principio es un alarde de estilismo original aunque con el riesgo que algún lector impaciente se pierda con tanto epiteto y metallica.
ResponderEliminarEs muy logrado mezclar la trivialidad del fútbol con la muerte. El mejor capítulo quizá que he leido.
Eso que apuntas es cierto, Oriafontan, el inicio es un alarde estilístico, pero es tan cortito que no creo que aburra a nadie.
ResponderEliminar¿La trivilaidad del fútbol frente a la muerte?, pues verás el de mañana, jajaja.
Gracias por tu tiempo y la lectura.
Este capítulo me ha gustado especialmente, primero por la referencia a Metallica, uno de mis grupos favoritos, y segundo por la descripción de lo que siente al escuchar su música, muy bien explicada. Tercero por el personaje de Fernando (el bata blanca) que en este capítulo es el protagonista, y me ha gustado, porque su personalidad puede pasar por corriente pero en el fondo creo que esconde algo...no sé sí me explico...
ResponderEliminarBueno... enhorabuena por esta nueva entrada.
Buenísima entrada, muy real y bien narrada por tu parte, en especial me ha gustado mucho la situación viendo el partido de fútbol a la vez que ralizan su "trabajito". Y lo de la quiniela, que todos deseamos acertar jajaja.
ResponderEliminarMe he divertido bastante, has demostrado que le puedes dar también un toque de humor a la GDM.
Pues por lo que comentáis los lectores, Vanessa, este capítulo ha gustado bastante. Y el personaje de Fernando, igual.
ResponderEliminarEspero que en la entrada de hoy se cierre con éxito este capítulo 12º. Gracias.
Es la intención, Antonio, matizar con algo de humor a este personaje que resulta desde que salió en el Hospital un poquito patético.
ResponderEliminarTe espero esta tarde. Gracias.
Comoquiera que la entrada de este viernes es la continuación de la de ésta (publicada el pasado martes), dejo mi impresión en la siguiente para no parecer redundante. Espero que sepas comprenderlo, Alejandro.
ResponderEliminarSaludos.
Lija sobre madre? No comprendo esta expresión
ResponderEliminar-Todavía no ha tocado un solo balón Kanoute -se lamenta el otro-. Pues ya he cenado -y cierra el tupperware con el tenedor de plástico dentro?? Me parece un poco lioso este párrafo
muy bien explicado el trabajo de Fernando, me encanta lo de "las últimas voluntades o lo del postrer escarnio de una familia vengativa", hasta en la muerte los humanos somos así.
¿Lija sobre madre?, jajaja, es sobre madera. Ya está arreglado. Gracias por el apunte.
ResponderEliminarMiraré ese párrafo que dices. Y sí, los humanos somos así, capaces de llevar la venganza hasta el mismo final.
GRACIAS.