Se llamó Banquo y Gould le tenía tanto aprecio que le escribió un telegrama desde Moscú después de un concierto triunfal.
El texto de dicho telegrama rezaba así:
Querido
Banquo. Pensé que te gustaría saber cómo les va a los perros por aquí. Se ven
muy pocos. Por lo visto la mayoría murió en la guerra. Además, la gente no
puede mantener una mascota. La variedad más común es una especie de caniche. No
he visto collies como tú. Así que tendrías el campo para ti solo, si estuvieras
aquí. Limpia tu plato como un buen perro. Te echo de menos. Glenn Gould.
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