Autor: Rafael Lindem
Ilustraciones: Antonio Hernández
Año: 2015
Editorial: Dissident Tales
Páginas: 260 páginas
Sinopsis:
¿Qué es cero?: cero es nuestro ahora.
Con esta premisa, «Viajeros del Picoteórico» narra la aventura de una búsqueda tan antigua como el propio concepto del tiempo; un viaje hacia el «hoy» que «fue», hacia ruinas que se ocultan en el subconsciente, en ocasiones tangibles, flotando a nuestro alrededor, como recordatorio de aquel lejano instante en el que conocimos la felicidad. Besos impregnados de pasión, miradas, sonrisas, promesas...
Todo fue presente, y lo sigue siendo en algún lugar.
Con esta premisa, «Viajeros del Picoteórico» narra la aventura de una búsqueda tan antigua como el propio concepto del tiempo; un viaje hacia el «hoy» que «fue», hacia ruinas que se ocultan en el subconsciente, en ocasiones tangibles, flotando a nuestro alrededor, como recordatorio de aquel lejano instante en el que conocimos la felicidad. Besos impregnados de pasión, miradas, sonrisas, promesas...
Todo fue presente, y lo sigue siendo en algún lugar.
La cuidada edición de Disident Tales, esmerada hasta en sus más mínimos detalles (observad lo trabajadas que están las solapas y las maravillosas portada y contraportada), hace justicia a las ilustraciones realizadas por Antonio Hernández y a la novela escrita por Rafael Lindem. Este trabajo coral (escritor, ilustrador y editor) convierte este libro en una rara habis dentro de la literatura de género. Una pequeña joya.
El illustrador, pese a la excelencia del trabajo realizado, no quiso figurar ni firmar sus creaciones. Así pues Antonio Hernández, ya sea por un exceso de pudor o de timidez, acaso de responsabilidad, prefirió permanecer en la sombra, de la que es obligación rescatarlo para ponderar su labor. Es responsable de parte del encanto del libro.
Y qué decir de la novela de Rafael Lindem. Primero, que deja patente que su autor es alguien con cosas que contar, originales y frescas, y que además se esmera en el estilo. No es ésta una novela para comedores de hamburguesas tan habituales en el género patrio. Sin destripar parte del encanto inherente a "Viajeros del Picoteórico", ése que ha de descubrir el futuro lector, apuntaré que comienza sumergida en la más honda desesperación. El protagonista ha perdido a la mujer de su vida; si no fuera ésta suficiente desgracia, todo cuanto le rodea y hace le recuerda a ella. Lejos del gabinete del doctor Voulgaris y de la realidad, el personaje se convierte en señor Quinto tras encontrarle cinco patas a una silla. Poco después recibirá una misión de vital importancia de manos de un cuarteto de señores que flotan en el aire de una segunda realidad: Bernat, Azarías, Nazario y Eliseo.
A partir de entonces, empieza una aventura que llevará al lector al interior del barco Diapasón, hasta el desierto de Messalim, a conocer el vacío y a los keinonautas, a viajar en globo... escenarios que se hacen realidad gracias a la labor conjunta de escritor e ilustrador. Una novela, la de Lindem, que deja un excelente sabor de boca (tal vez sabor a helado de chocolate) y que al lector más experimentado traerá ecos de grandes clásicos como "Los viajes de Gulliver", "Las aventuras del barón Munchausen", "Alicia en el país de las maravillas" o "Cinco semanas en globo".
Si como afirma el propio novelista escribe y vive a oscuras, su obra por contra es todo luz, sabor, vibrante música, mar bravío, ardiente arena. Amor, helado de chocolate. Cruasán en punto. Cero, viaje iniciático.
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