Justo hoy, 26 de marzo de 2014 se cumplen 50 años de la invasión marciana que relató Frederic Brown. Ocurrió el 26 de marzo de 1964, a las 8.14 de la tarde según el huso horario del Pacífico, EE.UU. Hablemos de la novela entonces.
Título: Marciano, vete a casa
Título original: Martians, go home!
Autor: Fredric Brown
Año: 1955
Páginas: 160
Editorial: Orbis - Colección Biblioteca de Ciencia Ficción
Contraportada de la edición Bibliópolis de 2003:
Los marcianos han llegado, pero no son exactamente como esperábamos.
Mil millones de pequeños hombrecillos verdes aparecen súbitamente en la Tierra en un mismo instante. Intangibles y con capacidad de teleportación, se muestran insultantes, destructivos y chismosos y se complacen en jugar malas pasadas a los humanos, especialmente a los que intentan trabar amistad con ellos. Ante su presencia fastidiosa y entrometida, la economía se viene abajo, los sistemas políticos se derrumban y las vidas de todas y cada una de las personas sobre este planeta se ven afectadas de forma dramática y sorprendente. Entre ellas se encuentra Luke Devereaux, escritor de ciencia-ficción en horas bajas que cree que puede tener la clave para conseguir que los marcianos nos dejen en paz de una buena vez. Fredric Brown, el maestro de la ciencia-ficción humorística, nos ofrece una de sus mejores obras con este alegato sarcástico contra la hipocresía y la estrechez de miras de nuestra sociedad.
“Una de las novelas más importantes de ciencia-ficción de los 50, y desde luego la más divertida. Sigue resultando punzante e hilarante cincuenta años después, como si los marcianos acabasen de llamar a nuestra puerta.” – Barry N. Malzberg
“Una de las historias de ciencia-ficción más divertidas jamás escritas.” – Science Fiction Weekly
El primer marciano del que tenemos noticia en la novela es el que visita, en esa cabaña en mitad de la nada, al escritor Luke Deveraux. De inmediato Luke deja de trabajar (ha ido hasta allí en busca de inspiración para su nueva novela de ciencia ficción), asediado por la cháchara del extraño ser verde. Lo peor será que ese marciano no es el único que ha llegado a la Tierra. Hay mil millones de ellos, uno por cada tres habitantes.
¿Cómo han llegado hasta nuestro planeta sin que nadie se percate de ello? Valíendose de la técnica kwimmar, lo que les permite cambiar de sitio, ir y venir de su planeta en la fracción de un segundo. Ello comportará no pocos problemas, a Luke y al resto de humanos. Los recién llegados son capaces de sembrar el caos con su simple presencia, pues en ningún momento muestran interés alguno en conquistar la Tierra. Habrá muchas muertes, sí, pero involuntarias. Y todo por culpa de quienes tratan de acabar a tiros con los especímenes que se les aparecen (son inmateriales y las balas les atraviesan sin hacerles daño alguno). Donde más bajas humanas se producen es en el estamento militar.
Os dejo este extracto de la novela para que comprendáis lo engorroso que llega a ser esta invasión marciana y pacífica: Pero desde el primero al último eran abusivos, irritantes, molestos, rudos, brutales, parlanchines, discutidores, detestables, descorteses, execrables, malignos, descarados, odiosos, hostiles, de mal genio, insolentes, respondones, burlones, canallescos, aguafiestas. Eran impúdicos, repugnantes, desagradables, mareadores, quisquillosos, perversos, peleones, faltones, sarcásticos, traidores, truculentos, incisivos, pesados, hirientes y obstinados en mostrarse enojosos y en causar dificultades a todos los que se ponían en contacto con ellos.
Todo tendrá una explicación, las dudas se despejarán en las últimas páginas. ¿Seguro?
Atentos a las postdata del propio Fredric Brown con que se cierra la edición de Orbis. Bueno, ya sabéis que hoy se celebran los cincuenta años de esta invasión. Y recordad que lo leísteis en la Casa Deshabitada.
Atentos a las postdata del propio Fredric Brown con que se cierra la edición de Orbis. Bueno, ya sabéis que hoy se celebran los cincuenta años de esta invasión. Y recordad que lo leísteis en la Casa Deshabitada.
Muy pocos blogs (casi ninguno) recogerán esta efemérides. Por eso éste es diferente al resto. Ni mejor ni peor, diferente.
ResponderEliminarLa leí hace muchos años, pero guardo un buen, aunque algo difuso, recuerdo de esta novela.
ResponderEliminarUn clásico de siempre, lo digan las modas o no, lo destierre la incultura o no.
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