Vaya por delante que estas jornadas del Viaje al Oeste contienen spoliers.
CAPÍTULO LXI
CHU BA-CHIE AYUDA A DERROTAR AL REY TORO. POR TERCERA
VEZ EL PEREGRINO SE VE OBLIGADO A IR EN BUSCA
DEL ABANICO DE HOJAS DE PALMA
Transformado en Ba-Chie, el Rey Toro engaña a Wu-Kung y se apodera del abanico. El Rey Mono y el verdadero Ba-Chie luchan por recuperarlo, pero tienen que huir. En un segundo intento, es el Rey Toro quien huye bajo la forma de un cisne. El Rey Mono trata de atrapar a su rival mediante mil y una transformaciones.
Mientras tanto, Ba-Chie viaja hasta la Caverna que Toca las Nubes y visita a la amante del rey. Éste será derrotado con la ayuda del Príncipe Nata. Una vez en posesión del abanico, los peregrinos consiguen apagar la Montaña de Fuego y siguen viaje.
CAPÍTULO LXII
PARA DESPRENDERSE DE TODA LA INMUNDICIA Y CONSEGUIR UNA
MENTE TOTALMENTE LIMPIA, ES NECESARIO BARRER UNA PAGODA.
PARA ALCANZARLA PERFECCIÓN, HAY QUE DOMINAR A LOS DEMONIOS
Y VOLVERSE HACIA EL SEÑOR
En el Reino del Sacrificio, visitan el Monasterio de la Luz Dorada, que se encuentra en un deplorable estado de abandono. Tras oír de boca de los monjes la historia del templo y su desgracia, a causa de una lluvia de sangre, Tripitaka se ofrece a ayudarles.
Mientras limpian y adecentan el monasterio, el Rey Mono descubre a dos diablillos. Estos cuentan que toda la culpa es del Rey Dragón de Todos los Espíritus, pues robó las reliquias que se escondían en el interior del monasterio.
Wu-Kung y Tripitaka visitan al monarca del Reino del Sacrificio para que les permita el paso por sus dominios y mediar en favor de los monjes de la Luz Dorada. Entre todos determinan que el Rey Mono y Ba-Chie irán a capturar al monstruo.
CAPÍTULO LXIII
LOS DOS MONJES SUMEN EL PALACIO DEL DRAGÓN EN UN DESORDEN
TOTAL. LOS SABIOS RECOBRAN LAS CENIZAS Y
DESTRUYEN A LOS MALVADOS
El yerno del Rey Dragón de Todos los Espíritus, llamado Nueve Cabezas, se apresta a luchar contra el Rey Mono. Cuando está a punto de ser vencido, atrapa a Ba-Chie y huye. Transformado en un cangrejo, Wu-Kung liberará a su compañero.
Para vencer la resistencia del enemigo, el rey Mono solicita ayuda al Honorable Sabio Er-Lang. Será así como den muerte a sus oponnetes y devuelvan las reliquias robadas al Monasterio de la Luz Dorada.
CAPÍTULO LXIV
WU-NENG AGOTA SUS ENERGÍAS EN LA CORDILLERA DE LAS ZARZAS.
TRIPITAKA DISCUTE DE POESÍA EN EL SANTUARIO
DE LOS INMORTALES DEL BOSQUE
Los viajeros se topan con una montaña llena de zarzas. Son saludados por el Señor Ocho-y-Diez, también conocido como Virtud Traviesa, que atrapa, antes de que puedan reaccionar, a Tripitaka.
En esta ocasión no hay malicia: sólo quiere hablar con él y que conozca a los otros tres ancianos que moran en la montaña: el Señor de la Integridad Solitaria, el Maestro Separador del Vacío y el Maestro Limpiador de las Nubes. Hablan y recitan poemas, hasta que aparece la Inmortal del Albaricoque, que se empeña en seducir al monje.
Por fortuna para él, le salvan sus tres compañeros. Los cuatro ancianos y la Inmortal se convierten en lo que realmente son, árboles.
CAPÍTULO LXV
CON ÁNIMO DE INDUCIRLES A ENGAÑO, LOS DEMONIOS CREAN EL
PEQUEÑO MONASTERIO DEL TRUENO. LOS CAUTRO PEREGRINOS
SE VEN SOMETIDOS A UNA PRUEBA TERRIBLE
Reanudado el viaje, los peregrinos llegan hasta el Pequeño Monasterio del Trueno. Es una trampa orquestada por un monstruo, de tal manera que todos acaban presos, particularmente el Rey Mono dentro de dos címbalos de oro.
Por orden del Emperador de Jade, las Veintiocho Constelaciones (que se nombran una a una) ayudan a Wu-Kung a salir de su cárcel de oro. Es el momento de enfrentarse al monstruo: el Gran Rey o Buda de las Cejas Amarillas. Pero no será fácil vencerle. Hasta tal punto será difícil que el Rey Mono solicitará la ayuda de Chen-Wu del Norte, conocido como el Honorable Conquistador de Demonios.
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